TURISMO

"Echo de menos políticos que pongan el interés del país por encima del partido"

Gabriel Escarrer, CEO de Melià Hotels International

José María Castro | Domingo 24 de abril de 2022

Forbes lo situó hace unas semanas en el noveno puesto de los cincuenta mejores CEOs de España. Gabriel Escarrer, máximo ejecutivo de Meliá Hotels International y presidente de Exceltur, repasa con mallorcadiario.com la actualidad en puertas de una temporada alta turística que debe ser la de la recuperación. Defiende la nueva ley turística de Baleares, reclama más ayudas de las administraciones para el sector y aboga por pactos de Estado y por una mayor "sensibilidad fiscal" para evitar un estallido social.



Probablemente usted ha sido la voz más relevante del sector hotelero que se ha alzado en defensa de la nueva Ley Turística que promueve el Govern. ¿Hasta qué punto es la ley que necesita ahora el turismo de esta comunidad?

En mi opinión, y sin entrar en detalles técnicos, es una buena ley, que persigue alcanzar dos objetivos claves que constituyen los grandes retos del turismo en las Islas Baleares de hoy hacia el futuro: la sostenibilidad, tanto medioambiental (con una serie de medidas orientadas a implantar la circularidad de la actividad turística) como social, introduciendo mayores requerimientos de prevención de la salud laboral y bienestar de los trabajadores; y la calidad del modelo turístico, en lugar de la cantidad. Otro factor positivo es que la transformación se basa en la colaboración público-privada que siempre hemos defendido, y que su aplicación está prevista para todos los subsectores turísticos, tanto hoteles como alquiler vacacional u otros, ( lo cual es lógico y largamente reivindicado) . Por último, hay que tener en cuenta es que la Ley lleva aparejada un cierto compromiso de inversión o de ayudas públicas para apoyar la transformación, así como se han estipulado unos plazos razonables y una flexibilidad que serán esenciales para lograrla.

Creo que calidad y sostenibilidad son dos caras de la misma moneda, y son las vías por las que definitivamente, nuestro turismo puede mantener su competitividad en el futuro.

¿Qué le faltaría a esta nueva norma? Una parte del sector ha criticado la moratoria y también la reducción de la capacidad en caso de que se hagan mejoras en los hoteles, dos aspectos que no estaban al principio cuando se dio a conocer un primer esbozo.

No me gustaría entrar en polémicas, porque no conozco los detalles ni la cronología de la negociación de esta ley, y porque todos los actores del sector tienen su criterio y sus circunstancias totalmente respetables. Pero si miramos globalmente y con “luces largas” es claro que el futuro está en productos de mayor categoría, que sean más rentables vía precio y no vía mayor ocupación, y una de las maneras de lograrlo es la que establece la ley. En los casos de renovación y reposicionamiento de destinos (como el liderado por nosotros en Magaluf, o por Palladium en Ibiza) se ha puesto de manifiesto que los procesos de reconversión pueden resultar algo disruptores al principio, pero tienen un impacto positivo en los destinos que acaba arrastrando a otros actores que en un principio eran reacios.

Por ello, dejando a un lado como fuera el proceso de información y negociación, creo sinceramente que todo es mejorable, pero puede ser una muy buena ley para el sector.

"La nueva ley espera prevenir los efectos colaterales indeseados del turismo masivo e incontrolado, lo que también debe marcar un camino para el final de la turismofobia"

¿Teme que el trámite parlamentario modifique profundamente el texto definitivo?

Espero fervientemente que no, porque esta Ley ha sido fruto de un consenso, y sólo será efectiva como le decía, si se implementa mediante colaboración público-privada. Cambiar sustancialmente acuerdos que ha costado tanto fraguar, y que representan objetivamente un logro para todos, por imposiciones políticas de algún Grupo sería nefasto para la realidad del sector y desgastaría la credibilidad del Gobierno, que me consta ha puesto muchísimo interés en que esta Ley saliera adelante. Sinceramente, no creo que eso ocurra.

El sector ya lleva mucho avanzado por su cuenta en materia de circularidad. ¿Echa en falta más ayudas de la administración como parte esencial del nuevo marco normativo?

Absolutamente. Todos estamos por una mayor circularidad, pero requiere inversiones importantes y cambios profundos que el sector privado no puede impulsar por si solo. No solo debemos ser circulares las empresas, sino los propios destinos. Por ejemplo, hay propuestas empresariales para aprovechar la reforma del paseo Marítimo de Palma para crear ciertas infraestructuras para sustituir las energías fósiles por renovables, pero es evidente que para ello hacen falta ayudas públicas.

Por ello siempre hemos venido reivindicando más ayudas, y que una parte de los Fondos europeos Next Generation se destinen a la reconversión sostenible y competitiva de los destinos, sobre todo de los pioneros, que producen el 70 por ciento del PIB turístico de este país, y de los que en Baleares tenemos algunos ejemplos.

Las administraciones fían gran parte de estas ayudas a los Fondos Next Generation. ¿Es la mejor fórmula? ¿Cree que se adecúan a lo que necesita el sector turístico de nuestro país?

Como hemos venido defendiendo desde Exceltur, los Fondos NextGeneration son la gran oportunidad para transformar el sector turístico, que como responsable del 12,6 por ciento del PIB nacional, debería haberse beneficiado de una mayor dotación de fondos en el reparto realizado por el Gobierno. A pesar de que tan solo se le destinaron algo más de 3.400 millones (el 2 por ciento del total, aproximadamente), podría ser la mayor inversión pública jamás realizada en el sector, si se aplicara (como establece la filosofía de Next generation) a proyectos tractores y con potencial de transformación, pero desgraciadamente, hasta el momento se ha repartido en infinidad de pequeños proyectos con un impacto reducido y nula capacidad para transformar el modelo productivo del turismo español.

Desde el sector, (que se unió en una iniciativa histórica para reclamar un PERTE para la reconversión de destinos pioneros de litoral) seguimos tendiendo la mano al Gobierno para rectificar esta dinámica, y que el reparto del segundo tramo de ayudas europeas se utilice mejor, en este sentido.

"La circularidad requiere inversiones importantes y cambios profundos que el sector privado no puede impulsar por si solo"

Por lo que respecta a Meliá y a la crisis mundial sobrevenida hace dos años ¿cuándo prevé que la compañía habrá recuperado los niveles de ingresos anteriores a la Covid?

Lo cierto es que, a pesar de la gravedad de la crisis sufrida, con casi dos años de desplome de la demanda por el miedo y las restricciones a la movilidad, el turismo ha demostrado una resiliencia extraordinaria, con un fuerte rebote de la demanda cuando las restricciones se levantan. Ello nos lleva a pensar que el segmento vacacional habrá recuperado ya en 2022 los ingresos de 2019 y que en 2023 se recuperarán también los niveles pre-pandemia en el segmento de hoteles urbanos. En cuanto a los ingresos globales, pensamos que la recuperación plena de los niveles de 2019 se producirán en 2024.

Todo ello desde la máxima prudencia, ya que aunque la demanda es poderosa y muestra una curva ascendente muy profunda, todavía existen muchos factores de incertidumbre como la guerra en Ucrania, la crisis energética, etc. Y por supuesto, desde la certeza de que tras la pandemia, existe una presión competitiva mucho mayor que nos obliga a ser mejores y más eficientes, algo que en gran parte gracias a nuestra gran apuesta por la digitalización habríamos conseguido.

¿Cuál es la fórmula de Meliá frente a las amenazas del nuevo entorno post-Covid? ¿Prevén adquirir alguna agencia de viajes?

Nos hemos preparado mucho, con un portfolio casi completamente renovado, con marcas muy competitivas y atractivas, con una gran apuesta por el talento, y con un nuevo modelo operativo que nos permite ser más digitales y eficientes. Pero me gustaría destacar, entre nuestras “recetas” para triunfar en el complejo contexto actual, nuestra fortaleza digital y de distribución, con canales como Melia.com y meliaPro.com y un exitoso Programa de Fidelidad con más de 14 millones de miembros nos han permitido aprovechar la recuperación con una mayor eficiencia en las ventas, optimizando precios y generando al mismo tiempo una mayor satisfacción y fidelidad en nuestros clientes. Ello ha demostrado ser una gran ventaja competitiva que también nos ayuda a crecer, incorporando hoteles independientes o de pequeñas cadenas que pueden beneficiarse de nuestros sistemas de distribución, nuestras marcas etc. sin perder su esencia, para hacer frente al entorno hiper-competitivo que ya se vislumbra.

Nuestra apuesta es la de ser los mejores en lo que hacemos, sin aventurarnos en modelos de integración vertical con otros negocios como las agencias de viajes o la tour operación, porque es difícil ser “bueno” en todo, (como lo prueban algunas experiencias existentes en el mercado) y porque contamos con los mejores partners en el segmento de Agencias y Tour Operadores con las que siempre hemos colaborado y crecido conjuntamente. Ellos han sido siempre nuestros mejores “ángeles de la guarda”.

"¿Comprar una agencia de viajes o entrar en la touroperación? Nuestra apuesta es la de ser los mejores en lo que hacemos, sin aventurarnos en modelos de integración vertical con otros negocios"

De hecho, la compañía ha acelerado su expansión, llegando a anunciar el pasado Fitur más de una docena de aperturas. ¿Cuál es la estrategia en este sentido?

Ciertamente, en 2021 el Grupo reanudó progresivamente su plan de aperturas, abriendo 13 nuevos hoteles entre enero y diciembre, y firmamos la incorporación de 22 nuevos hoteles, con más de 4.800 nuevas habitaciones, la mayoría de ellos en destinos vacacionales del Mediterráneo, en España, Grecia, Sicilia, Albania y Croacia, además de Indonesia y China.

Ya en los primeros dos meses de 2022 el grupo aceleró la firma de acuerdos de expansión, como el firmado con el grupo Vinpearl, el mayor propietario hotelero de Vietnam, con el que incorporará 12 hoteles de lujo y más de 3.900 habitaciones en el país durante el año 2022, bajo la marca conjunta “Meliá Vinpearl”, posicionándonos como la segunda hotelera con mayor presencia en Vietnam, con 24 establecimientos y 6.900 habitaciones. Además, en conjunto, durante el cuarto trimestre de 2021 y el primero de 2022, Meliá incorporó 42 hoteles, con más de 10.900 habitaciones, un ritmo que “triplica” la media de firmas de los años previos a la pandemia, y que esperamos mantener durante estos años post-Covid, que son muy complejos pero presentan ciertamente, oportunidades.

Nuestra estrategia de expansión parte de varias premisas, como mantener nuestro liderazgo en hoteleria vacacional- siendo referentes en algunos destinos-clave- y hoteles “bleisure” (ocio urbano) y crecer aprovechando nuestras fortalezas como gestores ( nuestro alto grado de digitalización y fortaleza en distribución gracias a melia.com, nuestras marcas etc) sobre todo mediante formulas de gestión y franquicia. En cuanto a las regiones del mundo que priorizamos para nuestro crecimiento, está lo que llamamos el “eje vacacional” que incluye el Caribe, el arco mediterráneo y sur de Europa, Medio Oriente y el Sudeste asiático.

Desde el punto de vista local, ¿cómo se prevé la temporada en Baleares? ¿Se puede hablar de una temporada de recuperación? Empresarios de Baleares anticipaban una recuperación de alrededor del 86 o 87 por ciento respecto a las cifras de 2019 para 2022.

Hace pocos días presentábamos con Exceltur el estudio Impactur Baleares del año 2021 y 2021, y explicábamos que las previsiones para la Semana Santa y en principio, también para el verano, son muy positivas, con una ocupación igual o superior a las cifras de 2019, (por encima del 70 por ciento de ocupación media en Semana Santa, un dato muy favorable) y una tarifa media bastante superior.

La recuperación de la demanda es tan sólida que en Exceltur hemos tenido que revisar al alza nuestras previsiones para el cierre de este año 2022, que estimamos podría alcanzar para el conjunto del sector en España un 91,6% del nivel de 2019, prepandemia, aunque algo irregular, con las empresas mejor posicionadas y más competitivas y digitalizadas de algunos sectores (como el hotelero) que podríamos adelantar a 2022 dicha recuperación.

"España ofrece actualmente garantías de seguridad, tanto geopolítica como sanitaria, pero nuestro sector turístico no puede confiar en las desgracias ajenas (como en este momento la invasión de Ucrania por Rusia) para sostener su competitividad"

¿Qué papel juega en esta situación el turismo de congresos, del que Palma es ya una referencia gracias al Palau de Congressos, que gestiona Meliá?

El turismo de congresos tiene una gran importancia económica y otras ventajas como su alto potencial diversificador y “desestacionalizador”, ya que el segmento aporta viajeros de poder adquisitivo alto y en periodos de temporada valle y media, cuando mas los necesitamos, con un efecto de equilibrio y sostenibilidad importantísimo. En 2021 consiguieron doblar los ingresos de 2020, y para 2022 cuentan ya con más de 120 eventos confirmados.

Creo que es de justicia destacar la gestión de la pandemia realizada en el Palau, que ante una situación de absoluta crisis con cierre de fronteras y confinamiento y con un segmento como el de congresos prácticamente vetado, se convirtió primero en un centro sanitario de apoyo a la sociedad, y se adaptó después a las circunstancias para limitar las pérdidas y seguir siendo un motor cultural y social de primer orden. Asi, durante 2021 pudo acoger los primeros eventos después del Covid, aprendió a celebrar eventos híbridos como demanda actualmente el sector, y trabajó denodadamente en colaboración con las Administraciones Públicas y el Mallorca Convention Bureau para mantener vivo el interés en el destino y estimular la demanda del segmento MICE.

En la actual situación de crisis energética y guerra en Ucrania ¿cree que Baleares se va a situar de forma preeminente como destino refugio?

Mi opinión es que todas las costas españolas ofrecen actualmente unas garantías de seguridad, tanto geopolítica como sanitaria, que son altamente apreciadas por los grandes mercados emisores, y en particular, las Islas Baleares, por sus características propias y su exclusividad.

Pero como ya alertamos durante la bonanza sobrevenida de la que disfrutaron nuestros destinos durante la llamada “primavera árabe”, que generó una ola de “clientes prestados” de otros destinos del mediterráneo y norte de África, nuestro sector turístico no puede confiar en las desgracias ajenas (como en este momento la invasión de Ucrania por Rusia) para sostener su competitividad, porque en cuanto estos factores de incertidumbre desaparezcan, si no hemos consolidado fortalezas propias y diferenciales reales, los clientes no se fidelizarán y volverán a irse a destinos más económicos y competitivos.

"El segmento vacacional Meliá habrá recuperado ya en 2022 los ingresos de 2019 y que en 2023 se recuperarán también los niveles pre-pandemia en el segmento de hoteles urbanos"

¿Hasta qué punto la presión inflacionista perjudica el mercado turístico, en concreto el balear?

La inflación nos afecta en muy diversas formas: en primer lugar, encareciendo nuestros costes y mermando nuestros márgenes justo cuando venimos de una situación financiera muy compleja por las pérdidas producidas por la pandemia, pero también nos perjudica porque retrae parte de la demanda , al haber personas y familias que han perdido renta disponible para viajar. Creo que el sector está dando un ejemplo de responsabilidad, anticipando al máximo la recuperación del empleo incluso por delante de la facturación, y espero que el Gobierno sea sensible a las grandes dificultades que atravesamos las empresas para poder operar y mantener el empleo, que es para nosotros una prioridad.

¿Cree que va a tener incidencia también en los precios turísticos?

Indudablemente, las alzas de precios que estamos viendo en la energía y el resto de productos y servicios tendrán que repercutirse, al menos parcialmente, en la tarifa, y no es un incremento positivo, porque no responde a un incremento en la calidad o en valores añadidos. A pesar de ello, en general estamos viendo que la demanda está resistiendo con fuerza, y que el segmento de mayor calidad y precio, el superior y de lujo, es el menos afectado por la subida de precios, ratificando lo acertado de la estrategia de elevar la calidad de nuestra oferta.

¿Y la fiscalidad? ¿Es momento de aliviar la fiscalidad que soportan empresas y particulares?

La fiscalidad ya ha subido, y muchísimo, a través de las subidas de los carburantes, y sin embargo, ello no ha llevado a aplicar ninguna contención o bajada de impuestos a las empresas, los autónomos, o los ciudadanos, que, en diferentes formas, estamos padeciendo las subidas. Creo que si no hay una sensibilidad mayor, existe el riesgo de que esta situación desemboque en un estallido social como el que movilizó a los “chalecos amarillos” en Francia hace unos años, al que las recientes revueltas de los transportistas me recordaban tristemente mucho.

"El sector está dando un ejemplo de responsabilidad, anticipando al máximo la recuperación del empleo incluso por delante de la facturación"

Una consecuencia colateral de la pandemia fue que se acabó con la turismofobia. ¿Teme que una recuperación de la actividad en términos de normalidad haga resurgir ese sentimiento? ¿Qué hay que hacer?

Desde Exceltur hace años que proponemos un modelo de turismo más sostenible y de calidad, como vía para, entre otras cosas, prevenir y combatir la turismofobia (aunque muchas veces haya sido injusta y excesiva).

Me parece muy interesante esta pregunta, porque comenzaba usted su entrevista preguntándome sobre la nueva Ley de Turismo, y yo le explicaba que es una ley que persigue un modelo más basado en la calidad que en la cantidad, que regula a todos los sectores (incluyendo el alquiler vacacional) y por lo tanto busca evitar la masificación y gentrificación de las ciudades, y que prioriza la sostenibilidad social y medioambiental.

Es decir, que esta ley, consensuada por Govern y empresarios, espera prevenir los efectos colaterales indeseados del turismo masivo, incontrolado, y poco respetuoso con el medio Ambiente, que hemos padecido en algunos de nuestros destinos y ciudades durante muchos años, y por ello, podría al mismo tiempo marcar un camino para superar la turismofobia en muchos destinos españoles.

Recientemente ha sido elegido como uno de los diez mejores CEOs de España por un jurado independiente reunido por la revista Forbes, que es una autoridad en materia económica. ¿Cómo recibió esta designación?

La recibí con un orgullo inmenso, sobre todo por el momento en que me llega, tras luchar contra dos largos años de pandemia, en el sector más afectado de la economía y con grandes desafíos por delante para nuestra empresa. Creo que también significó un reconocimiento muy importante para todo mi equipo directivo, que se ha dejado la piel, literalmente, para salir de esta situación y salir además, preparados para crecer y captar las nuevas oportunidades del entorno.

Este reconocimiento nos demuestra además que en el mundo financiero hay muchas formas de hacer las cosas, y que hacerlas con responsabilidad siempre es una buena idea.

"Creo que si no hay una sensibilidad mayor en materia de fiscalidad, existe el riesgo de que esta situación desemboque en un estallido social como el que movilizó a los 'chalecos amarillos' en Francia hace unos años"

Precisamente, cómo empresario destacado y presidente de Exceltur, ¿cómo percibe el actual escenario político en España? ¿Qué espera de los políticos que rigen los destinos del país

Como he dicho, creo que vivimos un momento de retos sin precedentes, dentro y fuera de España, y que la situación global nos exige grandes transformaciones y grandes consensos, y no sé si estamos a la altura, o si llegaremos a tiempo, de afrontarlos. La aplicación de los Fondos Europeos, por ejemplo, realmente no se ha consensuado por parte del Gobierno con el sector empresarial, y esto es algo básico, y si perdemos el tren de los Next Generation para invertir en las transformaciones competitivas pendientes, volveremos quedarnos a la cola de Europa. Me viene a la mente un Pacto de Estado para salir de otra crisis como fueron los llamados “Pactos de la Moncloa” y siento nostalgia de aquellos políticos que supieron poner el interés de nuestro país por encima de las aspiraciones de los partidos.

¿Qué espero? Me gustaría (y creo que es fundamental) que los políticos empiecen a escuchar y dialogar con la sociedad y los empresarios que tenemos que “tirar” de la economía y el empleo, y que los pactos sean realmente “sociales” y no “políticos” porque con la política solo no se puede vivir, y varias crisis anteriores así lo han demostrado.

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