El Govern y las navieras han acordado la primera limitación real a la llegada del número de cruceros a Baleares, principalmente al puerto de Palma. Esta semana, -en un encuentro con los principales operadores celebrado en Hamburgo- ambas partes han pactado que, a partir del próximo año, en el puerto de la capital sólo podrán coincidir tres cruceros al día y únicamente uno de ellos podrá tener una capacidad superior a los 5.000 pasajeros.
Las Islas se convierten así en el primer destino nacional en lograr un compromiso de este tipo, consensuado con un sector que ha celebrado el acuerdo señalando su intención de distribuir las llegadas para mejorar el tráfico de cruceros en las temporadas media y baja. Con este acuerdo histórico, el puerto de Palma recibirá un 14,5 por ciento menos de escalas que en 2019. Concretamente, en 2022 llegarán a la capital balear 460 embarcaciones con capacidad para más de 500 pasajeros, frente a las 538 que lo hicieron en 2019.
El objetivo del acuerdo, que tiene una vigencia de cinco años, es evitar episodios de colapso en el centro de Palma y reducir los picos de congestión turística. El acuerdo no hubiera sido posible sin la voluntad del sector, por lo que hay que aplaudir la capacidad de negociación de quienes han llevado el peso de las conversaciones. Los dos años de negociaciones y contactos cristalizaron este lunes con el citado encuentro en el estuvieron, por parte del Govern, el conseller Iago Negueruela y la directora general de Turismo, Rosana Morillo, y por parte del sector, el máximo responsable de CLIA -Líneas de Cruceros en España-, Alfredo Serrano, y representantes de Costa Cruceros, MSC Cruceros, TUI Cruises, Royal Caribbean y Marella Cruises.
Durante los últimos años, el número de cruceros llegados a Palma ya iba en descenso, a pesar de lo cual se generó una corriente crítica en contra de este tipo de turismo. Tras el anuncio, la Plataforma Anticruceros, al igual que Més, ha considerado el acuerdo "insuficiente", denunciando los "impactos altísimos a nivel ambiental, sanitario y social sobre la ciudad" que genera la llegada de estas embarcaciones.
El de cruceros, sin embargo, es un turismo que consume pocos recursos y genera fuertes ingresos en sectores como el comercio, la restauración, guías de turismo, taxis y autocares. Hay que regular que el tipo de combustible sea lo menos contaminante posible -como ya ocurre en las rutas en las que se incluye a Palma- y que las llegadas se produzcan espaciadas en el tiempo. Más allá de esto, toda prohibición irá en detrimento de muchos sectores económicos que no parecen contar para quienes critican este tipo de turismo; y que suelen coincidir con quienes demuestran posturas turismofóbicas en general.
El acuerdo alcanzado debe asegurar que Palma siga recibiendo turismo de cruceros de forma controlada y con un volumen considerable. La capital balear debe seguir siendo referencia en las rutas mediterráneas y este acuerdo consolida tal oportunidad.
Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en Twitter y Facebook. Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.