Según ha explicado el Copib este jueves, se distribuirán en las Islas un total de 1.000 adhesivos que llevarán impreso el lema 'Romper con el silencio', así como el teléfono 112, para advertir sobre la necesidad de "acabar con el tabú y el estigma que existen en torno al suicidio, como la mejor forma de prevenirlo y salvar vidas".
En este sentido, desde el Copib han insistido en que "silenciar este grave problema de salud pública no solo contribuye a que persista el estigma relacionado con la salud mental, sino que dificulta que las personas que lo sufren verbalicen sus sentimientos".
Asimismo, han advertido del "inquietante ritmo de crecimiento" de la tasa de suicidio y han considerado que los mecanismos de prevención en el sistema de salud son, "a día de hoy, insuficientes".
De acuerdo a los datos aportados por el Colegio, en Baleares se han registrado 930 muertes por suicidio en la última década, 97 de las cuales fueron en 2019.
A nivel nacional, España registra una media diaria de 10 muertes por esta causa --3.671 personas que se quitaron la vida en 2019-- "con el agravante de que cada vez afecta a personas más jóvenes".
Sobre esto, la coordinadora del Grupo de Trabajo de Investigación, prevención y asistencia a la conducta suicida del Copib, Jennifer Prata, ha destacado que "el suicidio no tiene género ni edad" y que "las causas de este comportamiento son numerosas y complejas".
Asimismo, ha añadido que "la pandemia del coronavirus ha sacudido la salud mental de la población".
Pese a que todavía no se tienen datos oficiales de 2021, en los cinco primeros meses, el Copib ha detectado un incremento de casos de suicidio en la población adulta, así como un repunte a nivel asistencial en personas cada vez más jóvenes.
Por todo ello, desde el Colegio han lamentado que España no cuente con un Plan Nacional para abordar el problema. En el caso de Baleares, pese a que la comunidad cuenta con un Observatorio del Suicidio y la creación de Unidades de atención específica en diferentes hospitales, "no es suficiente".
"Se necesitan más recursos económicos y humanos destinados a reforzar la cadena asistencial, de manera que permita centrar la atención en la prevención dirigida hacia la escucha de estas personas vulnerables", han asegurado.
Prata ha explicado también que la gran mayoría de personas con ideas suicidas han verbalizado o dado señales de su intención en algún momento, porque "la persona no quiere quitarse la vida, sino acabar con su dolor emocional".
Por último, desde el Copib han recordado que, por cada persona que se suicida, una media de seis o más se ven afectadas directamente y, otras 135, de forma indirecta, ya sea a nivel familiar, escolar, laboral o social.
Todo esto, han concluido, sin tener en cuenta a todas las personas que intentan quitarse la vida y no lo logran --hay más de 200 intentos diarios en España--.
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