Uno de los datos significativos de la radiografía actual de la Covid en Baleares es la coincidencia entre las localidades que experimentan un mayor repunte de los contagios, tanto en Mallorca como en Menorca, con las zonas que, estas últimas semanas, han acogido numerosas actividades relacionadas con aglomeraciones masivas, ya fueran botellones, conciertos, fiestas en las playas o las juergas callejeras ligadas a los controvertidos viajes de final de curso.
Menorca es un ejemplo paradigmático. Los responsables políticos de la isla optaron por suspender las emblemáticas celebraciones vinculadas a Sant Joan, pero no pudieron impedir que, de forma espontánea, miles de personas, muchas de ellas turistas procedentes de otras localizaciones, se agolparan en las calles prescindiendo, de forma generalizada, de las mascarillas, de las distancias de seguridad y de las más elementales medidas de prevención frente a la Covid.
La consecuencia de ello es que, como ya se ha dicho, Menorca presenta en estos momentos la incidencia más elevada de contagios en Baleares (718,3 casos a 14 días por 100.000 habitantes) y que dos de sus municipios se sitúan incluso por encima de los 1.000 diagnósticos: concretamente, Ferreries, con una tasa de 1.467 casos, y Ciutadella, con 1.242,3. La propagación de las infecciones también se halla por encima de la media balear en el resto de localidades menorquinas: Alaior (633,8), es Mercadal (620,8), es Migjorn Gran (546,8), es Castell (317), Maó (314,3) y Sant Lluís (252,4).
En Mallorca, la correlación entre mayor aumento de positivos y profusión de celebraciones y festejos también resulta meridianamente clara, especialmente si se valoran los datos aportados por las diferentes Zonas Básicas de Salud (ZBS). Así, las áreas asistenciales correspondientes a las ZBS de es Trencadors y Platja de Palma registran las curvas ascendentes más pronunciadas, solo por detrás de Ferreries y Canal Salat, en Menorca. Concretamente, es Trencadors, que atiende, fundamentalmente, a pacientes radicados en s'Arenal de Llucmajor presenta una incidencia acumulada a 14 días de 653,4 casos, algo por encima del dato de Platja de Palma (dos áreas vecinas y limítrofes, al fin y al cabo), con 547,6.
Llucmajor es, precisamente, uno de los municipios mallorquines con peor situación epidemiológica en este contexto de reactivación del coronavirus, pero hay otras dos localidades con tasas de incidencia superiores, y ambas pertenecen también a la comarca de Migjorn, la más castigada ahora mismo por el repunte de los contagios.
La localidad con una incidencia más pronunciada es ses Salines (608,3), con 31 nuevos diagnósticos positivos en el tramo de los últimos 14 días, y 19 en el periodo de las siete jornadas más recientes. En este núcleo, se han registrado ya 146 casos activos de Covid desde que la pandemia hizo su irrupción.
En segundo lugar por incidencia se halla Campos, otra población del sur de la isla, cuya tasa de incidencia es de 496,3, con 56 positivos detectados en 14 días y 43 en los últimos siete, y un balance histórico de 439 infecciones. Este preocupante escenario en la comarca de es Migjorn se completa con las ya mencionadas cifras de Llucmajor: incidencia de 455,6, 172 diagnósticos en los últimos 14 días y 93 en los últimos siete.
En cuanto al resto de Mallorca, hay ocho municipios que superan la media autonómica en incidencia de contagios: Consell (363,6), Pollença (324,2), Artà (288,1), Sant Llorenç (286), Santa Eugènia (243,8), Palma (232,1), Esporles (215,1) y Marratxí (212,1). Cerca de este límite están Banyalbufar (191,2), Búger (184), Alaró (178), Santanyí (177,8) y Felanitx (175,8).
En cualquier caso, la evolución epidemiológica está siendo tremendamente desigual en el conjunto de la isla de Mallorca. Frente a la acuciante situación en buena parte de las zonas de es Migjorn, otros municipios no registran, según las actualizaciones de las últimas semanas, ningún contagio activo. Así ocurre en Valldemossa, Sineu, Montuïri, Lloret de Vista Alegre, Fornalutx, Ariany, Deià, Escorca y Estellencs.
En cuanto al comportamiento de la pandemia en las poblaciones con más demografía, cabe destacar el caso de Inca, con una tasa de incidencia muy baja, de apenas 21 casos por 100.000 habitantes. Marratxí, como ya se ha descrito, supera por poco la media insular, y Alcúdia, Manacor, Calvià presentan índices de 153,7, 150,5 y 131,5, respectivamente.
Otra vertiente de la cuestión pasa por analizar si este incremento de los contagios está afectando de forma significativa a la presión asistencial. Los datos ponen de manifiesto que no está siendo así, tal como se han encargado de destacar la presidenta del Govern, Francina Armengol, y otros responsables políticos y sanitarios.
De esta manera, el balance de este jueves señalaba que los ingresos hospitalarios en Baleares por cuadros relacionados con la Covid eran 49, tres menos que la jornada anterior (52). Retrocediendo más en el tiempo, nos encontramos con que el martes 6 de julio los ingresos eran 50, los mismos que el lunes 5, y por debajo de los dos primeros días del mes, jueves y viernes, con 55 y 53 usuarios en planta, respectivamente.
En las UCI, la evolución no es muy diferente. Este pasado jueves, 13 pacientes estaban recibiendo cuidados intensivos en los hospitales de las islas, uno menos que el miércoles y el martes, y los mismos que el lunes 5 de julio.
La valoración que los expertos realizan de esta desigual evolución entre el repunte de casos y la presión asistencial guarda una íntima relación con la 'velocidad de crucero' que se ha conseguido en términos de vacunación. Baleares ha superado ya el millón de dosis administradas (1.043.939, concretamente), con 631.167 perceptores que han recibido únicamente la primera inoculación (el 61 por ciento) y 464.862 que disponen de la pauta completa (rozando el 45 por ciento).
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