El informe MoMo sobre vigilancia de los excesos de mortalidad por todas las causas, que lleva a cabo periódicamente el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en Madrid, recoge, entre otros muchos datos, que Baleares registró dos periodos de exceso de mortalidad en el transcurso del confinamiento decretado por el Gobierno central a causa de la alarma sanitaria de la Covid-19. En concreto, estos tramos temporales se sitúan entre los días 25 de marzo y 3 de abril y, en un segundo plazo, entre el 9 y el 10 de mayo. Así figura en la última actualización de este documento, correspondiente al pasado 24 de agosto. Esta estadística no refleja las causas de las defunciones por lo que no todas las muertes que elevan la cifra por encima de la media pueden ser atribuibles al coronavirus, aunque las fechas de las alarmas coinciden con periodos de gran impacto de la pandemia.
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) procesa los registros sobre fallecimientos por cualquier tipo de causa que se obtienen diariamente a partir de los datos aportados por los 3.929 registros civiles informatizados que existen actualmente en España y que comprenden al 93 por ciento de la población total. Los recuentos son gestionados por el Ministerio de Justicia e incluyen a la totalidad de territorios, provincias y comunidades autónomas del Estado.
Uno de los campos que quedan reflejados en el MoMo es el exceso de mortalidad, que ocurre cuando se observa la existencia de un periodo de, al menos, dos días consecutivos con defunciones que superan en un determinado porcentaje las que se produjeron en el mismo plazo de tiempo de otros años.
El documento del que se hace eco mallorcadiario.com fue actualizado el 24 de agosto, y en el caso de determinados territorios abarca hasta tres informes de exposición de datos correspondientes a tres periodos diferentes. En Baleares, se han cumplimentado dos informes (del 25 de marzo al 3 de abril, y del 9 al 10 de mayo). En otro grupo de territorios, solo se ha tramitado a cabo un documento, como ha ocurrido en Canarias, Navarra y Comunidad Valenciana.
Entre los contenidos más relevantes que forman parte de este último informe MoMo cabe destacar que Baleares se halla en los primeros puestos del ránking nacional en determinados periodos y franjas de edad. Concretamente, las islas ocupan el segundo lugar del Estado, en términos proporcionales, en lo que respecta al ámbito de personas menores de 65 años, solo por detrás de Aragón, si la valoración se ciñe al informe que comprende el periodo del 9 al 10 de mayo de este año.
En este plazo de tiempo, se produjeron en el archipiélago 61 decesos, 20 más de los estimados a partir de las estadísticas de mortalidad por cualquier tipo de causas que se registraron otros años en esas mismas fechas. Este dato marca un 48,8 por ciento más de exceso si no se introduce ninguna discriminación por edad. Sin embargo, en la franja menor de 65 años el porcentaje se eleva hasta el 62,5 por ciento, con 13 fallecimientos, cinco más de los estimados.
Aragón, única comunidad que supera los resultados de Baleares, marcó un 74,5 por ciento en el periodo del 4 al 22 de agosto en la franja de ciudadanos por debajo de los 65 años, con 89 muertes (38 más de las estimadas). También elevado es el porcentaje de mortalidad en el territorio aragonés si se toma como referencia a las personas de más edad, a partir de 74 años, con un 63,4 por ciento de oscilación (241 fallecimientos más de los estimados).
Precisamente, en los sectores demográficos de edad más avanzada, Baleares presenta un 50 por ciento de incremento en cuanto a los óbitos que se produjeron del 9 al 10 de mayo respecto a los que eran habituales en este periodo, en el caso de los ciudadanos entre 65 y 74 años, con tres defunciones más sobre las estimadas, mientras que entre la población más mayor, a partir de 74 años, el informe MoMo refleja un aumento de 32,2 por ciento, con 10 muertes más.
Este es uno de los periodos de exceso de mortalidad que el ISCIII ha estudiado en el caso de Baleares. El otro comprende del 25 de marzo al 3 de abril. Durante este margen de tiempo, se confirmaron en las islas 307 decesos, 76 más de los estimados. La cifra más destacada se halla en la franja entre 65 y 74 años, con un incremento del 90 por ciento, al haberse informado de 27 fallecimientos por encima de los registros estimados.
No obstante, otros territorios del Estado superan ampliamente esta estadística en cuanto a este grupo poblacional concreto. Así, en Castilla la Mancha, en el periodo que va del 10 de marzo al 11 de mayo, el porcentaje de exceso de mortalidad alcanza el 200,6 por ciento; en la Comunidad de Madrid, el 164,5 por ciento, del 5 de marzo al 9 de mayo; y en Navarra, se sitúa en el 100 por ciento, del 19 de marzo al 25 de abril.
Si nos centramos en la franja de población a partir de los 74 años, los datos de Baleares recogidos en el informe otorgan a las islas un 26,8 por ciento de variabilidad en la primera época analizada (del 25 de marzo al 3 de abril), con 44 fallecimientos, y de un 32,2 por ciento del 9 al 10 de mayo, con 10 óbitos.
A nivel nacional, el documento ha seleccionado dos periodos concretos: del 10 de marzo al 9 de mayo, y del 27 de julio al 15 de agosto. En el primer caso, se notificaron 111.253 muertes, concretamente 43.556 más de las estimadas y con un 64,3 por ciento de exceso de mortalidad. En la franja más joven, hasta 65 años, el porcentaje sobrepasó los cómputos anteriores en un 23,7 por ciento (2.252 decesos); de los 65 a los 74 años, la cifra se sitúa en el 53,5 por ciento (5.035 muertes), y, a partir de los 74 años, la estadística refleja un 74,2 por ciento de variación (36.223 defunciones).
En un segundo bloque temporal, del 27 de julio al 15 de agosto, se produjeron en España 22.763 muertes en la generalidad de edades y por cualquier tipo de causa. Este dato supone un exceso del 12,6 por ciento, con 2.540 muertes más de las estimadas. En la franja hasta 65 años, esta cifra llega a las 130 muertes, con un 4,2 por ciento de oscilación; de los 65 a los 74 años, 159 óbitos, con una variación del 5,6 por ciento, y entre la población más mayor, 2.160 defunciones, con un 15 por ciento de incremento.
Otro aspecto remarcable al analizar la situción en el conjunto del país, es que en el primer periodo el exceso de mortalidad es similar en mujeres (66 por ciento) y hombres (63 por ciento), concentrándose los niveles más destacados en los mayores de 74 años (74 por ciento). A continuación, se situán los ciudadanos de entre 65 y 74 años (53 por ciento).
En cambio, si se toma como referencia el segundo informe, correspondiente al tramo temporal entre el 27 de julio y el 15 de agosto, la incidencia entre la población femenina es superior (18 por ciento frente al 10 por ciento de los hombres), mientras que el grupo de edad más afectado es, de nuevo, el de los sectores demográficos más longevos (15 por ciento).
La práctica totalidad de territorios autonómicos ha detectado alguna punta concreto de exceso de mortalidad a lo largo de los últimos meses. Así ha ocurrido en Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla la Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja, además de Baleares. Solo quedarían fuera de estas contabilizaciones las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde no se habría producido ningún exceso de mortalidad por todas las causas en ninguno de los periodos analizados en este informe.
Centrándonos en la evolución de esta estadística en las diversas comunidades autónomas, Castilla la Mancha es uno de los territorios que presenta unas cifras más llamativas. Así, en uno de los dos periodos analizados (del 10 de marzo al 11 de mayo), se alcanza la cifra de 8.524 muertes, concretamente 5.292 más de las estimadas, con un índice de variabilidad del 163,7 por ciento, que se sitúa en el 200,6 por ciento si nos ceñimos a la franja de edad entre los 65 y los 74 años, y en el 177,7 por ciento en el segmento de población de más edad, donde se contabilizan 6.808 defunciones, y 4.356 decesos por encima de los niveles de estimación.
En Cantabria, el exceso de mortalidad a partir de los 74 años marca un 115,6 por ciento de incremento, con 97 muertes, 52 más de las estimadas, según refleja el único informe realizado en esta comunidad, que analiza el periodo entre el 30 de marzo y el 3 de abril.
En Castilla y León, se contabilizaron, entre el 15 de marzo y el 30 de abril, 6.493 fallecimientos, con un índice del 118,2 por ciento derivado del aumento de defunciones estimadas cifrado en 3.517 decesos. La franja de más de 74 años presenta los datos más preocupantes, con una variación del 132,3 por ciento y 5.388 muertes, es decir, 3.069 más de las estimadas.
En Cataluña, el primero de los dos informes realizados, que estudia el periodo entre el 13 de marzo y el 8 de mayo, fija un exceso de mortalidad del 116,7 por ciento, con 21.834 óbitos, y, por tanto, 11.758 más sobre las cifras de otros años. En la franja de la población de edad más avanzada, el índice de variación llega al 136,2 por ciento.
En la Comunidad de Madrid, el ISCIII ha aportado tres informes. Los peores datos se encuentran en el primero de ellos, que comprende el periodo entre el 5 de marzo y el 9 de mayo, con 21.588 muertes, nada menos que 14.146 más de las esperadas y con un porcentaje de variación del 190,1 por ciento que, en el caso del segmento demográfico de más edad, a partir de 74 años, alcanza incluso el 212,7 por ciento, con 16.782 decesos.
Finalmente, en Navarra, el único informe que ha sido divulgado, que abarca del 19 de marzo al 25 de abril, refleja 1.267 muertes, con un índice de variación del 123,5 por ciento y 700 muertes más de las estimadas. En la franja de 65 a 74 años, el porcentaje llega al 100 por ciento, y en la de más edad, al 143,2 por ciento.