La joven de 22 años explicaba hace unos meses que lleva diez haciendo de voluntariamen la perrera todos los días. De lunes a sábado, bajo el sol de agosto o la lluvia de febrero, Patricia es fiel a su cita.
Muy conocida y apreciada por los amantes de los animales en Mallorca y miembros de protectoras y asociaciones, Patricia dedica horas y dinero propio para salvar y atender a los canes más necesitados. "No está en nómina pero es de las piezas clave en este lugar, sin ella no sería lo mismo", afirman sus compañeros de la Asociación Peluditos de Son Reus.
Sin embargo, la joven se enfrenta cada día a un trayecto peligroso ya que, parte del camino, lo cubre a pie. No hay aceras ni iluminación. Por ello, sus amigos se están movilizando por redes y han creado un evento para sufragarle el permiso de conducir. "Se lo gasta todo en ayudar a los animales", dicen sus amigos. Ahora, le toca a ella. "Va a ser una gran inversión en Benestar Animal", concluyen.