El desastre se evidencia cada vez que hay un temporal como el de este sábado y domingo: la no separación de las redes pluviales de las fecales, así como la insuficiente limpieza de torrentes, provoca que se viertan toneladas de contaminantes al mar. La tierra escupe al mar todo lo que guarda en sus entrañas: plásticos, toallitas desmaquillantes y de cuidado infantil, bolsas, tapones, botellas, pajitas, mecheros.
Desde Mallorca Blue insiste en la necesidad de que Palma, ciudad con cerca de 500.000 habitantes y unas infraestructuras no adaptadas, cuente con una depuradora nueva.
"Por fin se ha aprovado una actuación que paliará un 70 por ciento de las fecales que Palma vierte en una de las tres cuencas de Palma -la de Es Baluard- durante los primeros 45 minutos de lluvia. Este 70 por ciento representará en condiciones "ideales" solo un 30 por ciento de los vertidos fecales de la capital", indican en un post de Facebook. En él, subrayan que para que se cumplan estas condiciones ideales deberían darse dos condiciones: que los episodios de lluvia no superen los 45 minutos y sean espaciados en el tiempo "para que el agua almacenada en el futuro tanque se haya vaciado/tratado/depurado".
Por ello, consideran que es una medida necesaria, "pero insuficiente".
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