Adela González tiene dudas sobre ello. La propietaria de Zeus ha compartido su historia con mallorcadiario.com y ha expresado sus sospechas sobre el desenlace fatal que aconteció en el caso de su gato después de que la clínica veterinaria a la que una voluntaria le había trasladado después de que fuera atropellado, entregara la mascota al centro de acogida de Son Reus, cuya gestión depende de la empresa municipal Emaya y, en definitiva, del área de Medio Ambiente y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Palma.
Pero vayamos por partes. Zeus desapareció de su casa, en s’Arenal, el pasado 22 octubre. Así lo relata su dueña, Adela González: “Fui a sacar la basura, y seguramente el gato aprovechó para salir detrás de mí. La cuestión es que no me di cuenta y, al cabo de un rato, al ver que no aparecía, empecé a llamarle. Fue en vano. Al día siguiente, ya muy preocupada, imprimí diversos anuncios para facilitar su localización, y repartí carteles por todas las calles de la zona. También divulgué la noticia a través de las redes sociales. Sin embargo, no recibimos ninguna pista sobre su paradero”.
PRIMERA VISITA A SON REUS
Así transcurrió, prácticamente, una semana. El 29 de octubre, alarmados por no tener noticias de Zeus, Adela y su familia acudieron al centro de Son Reus. Recorrieron las instalaciones e inspeccionaron jaula por jaula, pero sin éxito. De hecho, según los responsables de Son Reus, el animal no estaba ahí: “Eso nos dijeron. Y no siempre con muy buenas maneras. Quisimos dejar una foto de Zeus, y no nos lo permitieron. Y me llamó mucho la atención que una de las personas que me atendió no solo lo hizo con formas manifiestamente mejorables, sino que le escuché decir que estaba harto de los ladridos de los perros. Digo yo que a alguien que trabaja en Son Reus no le debería extrañar que los perros ladren. Es lo que suelen hacer”.
En cualquier caso, Adela no se resignó. Continuó publicando anuncios sobre Zeus en un desesperado intento por encontrar a su querida mascota. Su perseverancia tuvo, al fin, premio. El 4 de noviembre, una joven escribió a Adela para informarle de que había leído una de sus alarmas de búsqueda y le contó que el 23 de octubre, un día después de la desaparición, se encontró con un gato en la rotonda de es Pil·larí, no demasiado lejos del que había sido siempre el hogar de Zeus.
La comunicante explicó a Adela que el animal presentaba señales evidentes de haber sido atropellado, razón por la cual le introdujo en un ‘trasportin’ y lo llevó a una clínica veterinaria de Palma para que recibiera asistencia urgente.
ASISTIDO EN UNA CLÍNICA VETERINARIO TRAS SER ATROPELLADO
“Muy amablemente, la chica me envió una foto del gato que había recogido y, en efecto, se trataba de Zeus. Acudí inmediatamente a la clínica, y allí me confirmaron que habían asistido al animal. Según me dijeron, cuando se lo llevaron tenía sangre en una patita, y, además, la otra pata la arrastraba, a causa del atropello. Le curaron y permaneció en la clínica durante un día, momento en el que avisaron a Son Reus para que vinieran a buscarle, entregando al operario radiografías de Zeus e indicándole que el gato presentaba una fractura en la pelvis y necesitaba ser operado”.
Con esta información en la mano, Adela González volvió a Son Reus, e insistió en saber qué había ocurrido con su mascota. “Fue esperpéntico – señala- No solo aseguraron que el gato jamás había estado en sus instalaciones, a pesar de que los veterinarios nos habían indicado lo contrario, sino que, además, negaban que yo, personalmente, hubiera ido anteriormente preguntando por Zeus, cosa que, como ya he explicado, ocurrió el 29 de de octubre. Al final, tanto me indigné con ese paripé absurdo que uno de los trabajadores admitió que, en efecto, unos días antes yo me había personado en Son Reus buscando al animal y que él había sido el encargado de atenderme”.
SIN VETERINARIO DE URGENCIAS
A partir de este punto, la preocupación de Adela fue saber qué había ocurrido exactamente con su gato: “El mismo empleado reconoció que Zeus había sido llevado a las dependencias del centro desde la clínica. Pero eso sucedió por la tarde, y como en Son Reus no había en ese momento ningún veterinario de urgencias, el gato se quedó en el ‘trasportin’ hasta el día siguiente. En otras palabras, a un animal herido, que había sido atropellado, se le dejó en el ‘trasportin’, como si fuera una materia inerte en vez de un ser vivo, y sin recibir ningún tipo de cuidado”.
"ZEUS ESTABA ESTABLE CUANDO LO LLEVARON A SON REUS"
¿Qué ocurrió a partir de este punto? La versión que Son Reus transmitió a Adela es que cuando, por la mañana, los operarios fueron a buscar a Zeus, el gato ya había muerto. Esta explicación ofrece, para Adela, más sombras que luces: “El diagnóstico de la clínica veterinaria fue que el estado de Zeus no invitaba a pensar en la inminencia de este desenlace. Zeus no estaba a punto de morir, ni mucho menos, cuando lo trajeron a Son Reus. Simplemente, necesitaba una operación por la fractura en la pelvis, pero ningún gato fallece por este causa. En cambio, los responsables de Son Reus me aseguraron que el animal llegó a sus dependencias en muy malas condiciones y que horas después murió. Esta versión contrasta con el informe elaborado por la clínica. En este documento se deja claro que Zeus abandonó ese centro veterinario completamente estabilizado tras efectuarle las primeras curas de urgencia. No solo eso, sino que, además, según me dijeron, el gato comía perfectamente y no presentaba, por tanto, ningún problema de desnutrición”.
"MIS HIJOS ME REGALARON EL GATO CUANDO FALLECIÓ MI PADRE. FUE MI TABLA DE SALVACIÓN"
Adela González le ha dado muchas vueltas en la cabeza a todo lo que ha ocurrido con Zeus, y no descarta presentar una denuncia formal contra Son Reus y el Ayuntamiento de Palma. “Crié a ese gatito desde que era un bebé. Me lo regalaron mis hijos cuando falleció mi padre porque me sentía muy mal de ánimos. Zeus fue, por así decirlo, mi tabla de salvación. Por eso no pienso dejar piedra sin remover hasta saber qué pasó exactamente. ¿Por qué un animal que llega a Son Reus completamente estabilizado es hallado muerto en el trasportin, al día siguiente, después de pasar una tarde y una noche completas sin recibir atención? Tiene que haber alguna explicación plausible. ¿Qué pienso yo? A mí lo que que me han dicho es que operar a un gato sale muy caro, y que aplicarle una inyección es mucho más barato. No sé si es eso lo que ocurrió, pero desde luego trataré de averiguarlo. Me he puesto en contacto con un abogado animalista, y si este experto me confirma la viabilidad de una posible denuncia, voy a interponerla. También he escrito un correo electrónico al presidente de Emaya (Ramon Perpinyà, regidor de Medio Ambiente y Bienestar Animal de Cort). Se la mandé el pasado 30 de noviembre. Todavía no me ha contestado”.
Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en Twitter y Facebook. Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.