Para las generaciones de cinéfilos que empezaron a interesarse por el apasionante mundo de la gran pantalla a partir de los años 90, Ray Liotta será siempre 'uno de los nuestros', título que el gran Martin Scorsese dirigió a principios de esa época y que, con el tiempo, se ha ganado con todo merecimiento la consideración de ser una de las películas de referencia del denominado 'cine de mafia'.
Esa cinta encumbró definitivamente al estrellato a este actor nacido en 1954, en New Jersey, que ya había despuntado en cintas como 'Algo Salvaje' (1986), bajo la dirección de Jonathan Demme (artífice, años más tarde, de la obra maestra 'El silencio de los corderos'). Y a pesar de que ya en esa ocasión, Liotta tuvo la oportunidad de trabajar junto a estrellas consagradas de Hollywood (nada menos que Melanie Griffith, en el momento cumbre de su carrera), la realidad es que nada es comparable al plantel de lujo que Scorsese reunió en 'Uno de los nuestros' (Goodfellas), capitaneado por Robert de Niro y el inconmensurable Joe Pesci.
EN LA PIEL DEL DELATOR HENRY HILL
Frente a estos dos monstruos sagrados del cine, especializados, además, sobre todo Pesci, en las historias sobre hampones, Liotta brilló con luz propia en su interpretación de Henry Hill, un confidente de la Fiscalía que tuvo que acogerse al programa de testigos protegidos después de delatar a quienes habían sido sus compañeros en la mafia desde que era un adolescente.
La carrera de Ray Liotta no siempre discurrió por los cauces de la regularidad. El actor neoyorquino alternó mejores y peores momentos, pero, aun así, en su trayectoria no faltan títulos tan taquilleros como 'Hannibal' (la continuación de 'El silencio de los corderos', de nuevo con Anthony Hopkins en el papel del canibal más famoso de la historia del cine), 'Cop Land', o 'Identity', entre otros muchos trabajos.
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