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El asesino de Sa Pobla: 'Sabía que mi mujer estaba embarazada'
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El asesino de Sa Pobla: "Sabía que mi mujer estaba embarazada"

Por Rafa Gil
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rgilmallorcadiariocom/4/4/19
lunes 27 de enero de 2025, 16:22h

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Ali Kkouch, acusado del doble asesinato ocurrido en Sa Pobla en mayo de 2021, ha afirmado durante el juicio, que este lunes entra en su recta final en la Audiencia Provincial de Palma, que sabía "que mi mujer estaba embarazada". Esta declaración contradice la versión inicial de su defensa, que aseguraba que desconocía el embarazo de su pareja. A pesar de ello, las acusaciones han mantenido su petición de prisión permanente revisable para el procesado, de 39 años y nacionalidad marroquí.

Durante la sesión, se han practicado pruebas documentales del doble crimen de Sa Pobla, en el que una madre embarazda y su hijo de siete años murieron a manos de su pareja. Hoy, se han presentado las conclusiones finales de las partes. Además, el acusado, Ali Khouch, ha tenido la oportunidad de ejercer su derecho a la última palabra y finalmente ha reconocido que sabía "que mi mujer estaba embarazada". Una vez escuchada la declaración, las acusaciones han decidido mantener la petición de prisión permanente revisable para el asesino confeso.

El abogado de la familia de las víctimas, Pablo Juanico, ha sido contundente en su informe final: “La historia de maltrato no acabó con la muerte de Warda y de su hijo; la historia debe acabar con la prisión permanente revisable contra el acusado”.

El letrado ha rechazado que el procesado pueda beneficiarse del atenuante de confesión, argumentando que su declaración no contribuyó a agilizar la investigación ni a reducir el sufrimiento de las familias. Además, ha descartado que el acusado estuviera bajo los efectos de las drogas en el momento de cometer el crimen. “Sabía lo que estaba haciendo”, ha sentenciado.

En la misma línea, el fiscal Julio Cano ha afirmado que, aunque el acusado era consumidor habitual, no se ha demostrado que el consumo de sustancias afectara su capacidad en el momento de los hechos. “Ser un drogadicto no es un cheque en blanco”, ha asegurado.

El Ministerio Público ha discrepado, sin embargo, respecto a la confesión, matizando que tuvo cierto valor, aunque no decisivo.

Uno de los puntos de debate entre las partes ha sido la existencia de una situación de maltrato habitual hacia la mujer. Mientras que la Fiscalía considera que no ha quedado acreditada esta circunstancia, el abogado de la acusación particular sostiene que las “declaraciones brutales” de los familiares confirman un historial de violencia y control por parte del acusado.

Ambas partes sí han coincidido en que la muerte de la mujer fue especialmente cruel, siendo “lenta, dolorosa y agónica”. Asimismo, han concluido que el menor fue asesinado sin posibilidad alguna de defensa.

El abogado defensor, Miguel Ángel Ordinas, ha argumentado que su cliente cometió los crímenes bajo los efectos de las drogas, respaldándose en el largo historial de consumo del procesado y en una conversación telefónica en la que la víctima relataba que el acusado había vendido móviles y pedido dinero para drogarse.

Sobre la confesión, el defensor ha destacado que el acusado admitió los hechos a su familia y a la Guardia Civil antes de que nadie conociera lo sucedido. También ha lamentado no haber asumido la defensa desde el principio, ya que, según él, podría haberse recabado más pruebas, como análisis toxicológicos, para reforzar su estrategia.

Con las conclusiones expuestas, el juicio queda visto para sentencia. Ahora será el jurado popular el encargado de deliberar sobre la culpabilidad del acusado y de recomendar una condena al tribunal.
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