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La responsabilidad cívica y el respeto por los bienes públicos

miércoles 08 de enero de 2025, 00:00h

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Los grafiteros vuelven a la carga, en esta ocasión contra las nuevas pantallas informativas de la Dirección General de Tráfico (DGT) en la autopista del aeropuerto en sentido hacia Palma. Se trata de una muestra más de incivismo, que ya no sorprende a nadie, aunque indigna de igual modo.

La acción de estos vándalos, lejos de ser una expresión artística o una reivindicación social, es un acto irresponsable que perjudica a todos. Las pantallas vandalizadas son motivo de distracción para los conductores que circulan en sentido hacia Llucmajor. Y la reparación de estos daños supone un coste adicional para las arcas públicas, coste que sale del bolsillo de los mismos ciudadanos afectados por estos actos.

El fenómeno del grafiti vandálico no es nuevo en Palma ni en otras ciudades, pero cuando este tipo de acciones afectan directamente a infraestructuras públicas, se hace necesario mano dura para identificar a los autores y sancionarlos severamente, obligándoles, además, a restaurar el lugar. No basta con condenar estos hechos; es imprescindible reforzar la vigilancia en puntos estratégicos y aplicar sanciones ejemplares que desincentiven esta clase de comportamientos. En este sentido, la nueva ordenanza cívica de Palma es un paso en el sentido correcto.

Se hace necesario mano dura para identificar a los autores y sancionarlos severamente, obligándoles, además, a restaurar el lugar

Asimismo, es fundamental diferenciar entre el grafiti como forma de expresión artística, que puede embellecer espacios públicos cuando está debidamente regulado y consensuado, y el vandalismo puro y duro que solo deja tras de sí suciedad, deterioro y pérdidas económicas.

La sociedad no puede permanecer impasible ante actos que degradan el entorno. El respeto por los bienes públicos y la responsabilidad cívica deben ser valores prioritarios en nuestra sociedad. Actos como el vandalismo de las pantallas de la DGT podrían constituir un hecho delictivo que debe ser perseguido.