Miles de niños esperan con ansia la que muchos denominan como "la noche más mágica del año", la de este 5 de enero. Y es que, dentro de unas horas, todos ellos recibirán la visita de los Reyes Magos con el deseo de recibir lo demandado a través de sus respectivas cartas. Melchor, Gaspar y Baltasar llegarán desde Oriente, si bien hasta hace unas décadas lo hacían desde Orient. O al menos, así lo creían en Bunyola y Alaró.
Orient es una de las localidades con mayor encanto de Mallorca. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), su población en 2022 se limitaba a diez personas. Situada en la Serra de Tramuntana, esta pedanía que pertenece al pueblo de Bunyola se caracteriza por dividirse en cuatro posesiones rurales -Son Terrasa, Son Palou, Son Vidal y Comasema- que se extienden a lo largo del valle de Orient, una de las áreas más fértiles de la isla.
Hace unas décadas, el censo de la aldea hoy declarada Bien de Interés Cultural (BIC) era muy superior al actual. En aquellos años, como ahora, los niños y las niñas de Orient y de las localidades colindantes esperaban con ganas la llegada de unos Reyes Magos que, según les contaban sus mayores, vivían cerca de ellos. Concretamente, en Cals Reis.
En aquella posesión, ubicada frente al núcleo urbano de entrada a Alaró, Melchor, Gaspar y Baltasar pasaban los días a la espera del 5 de enero. De hecho, muchos padres amenazaban a sus vástagos con frases como "si no te portas bien, cuando pase por Cals Reis se lo diré".
"Han llevado a los animales a pastar por la montaña", afirmaban los progenitores cuando sus pequeños preguntaban por la eterna ausencia de los tres magos en la finca. Hasta que llegaba el gran día, cuando se desplazaban hasta Alaró y Bunyola procedentes desde Orient y no desde Oriente, para participar en una cabalgata que poco o nada tienen que ver con las de ahora. De hecho, los Reyes Magos hasta cuentan con su propia calle en la localidad mallorquina, el carrer dels Reis d'Orient.