La tasa de emancipación juvenil en Baleares se situó en el 18 por ciento durante el segundo semestre de 2023, lo que supone un descenso del 0,6 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, según el Observatorio de Emancipación Juvenil elaborado por el Consejo de Juventud de Baleares (CJIB).
Los datos, presentados este miércoles, reflejan las dificultades que enfrentan los jóvenes del archipiélago para independizarse. En Baleares, la tercera comunidad con los precios de vivienda más altos de España, los jóvenes deben destinar el 122,6 por ciento de su salario al alquiler. La situación es aún más crítica para los jóvenes de entre 16 y 24 años, quienes necesitan dedicar el 171% de sus ingresos, un dato que pone de manifiesto la dependencia de la ayuda familiar.
El presidente del CJIB, Pau Emili Muñoz, ha calificado los datos como “muy preocupantes”, destacando que “ni ocho de cada diez jóvenes pueden emanciparse en las Islas”. Este descenso de la tasa de emancipación se atribuye al aumento del precio de la vivienda y a las condiciones laborales precarias. Según el informe, el precio de la entrada a un piso representaba en 2023 el equivalente a siete años del salario neto de una persona joven, un 10 por ciento más que el año anterior.
Desde el Consejo de la Juventud de España y el de Baleares, se reclama a las instituciones que implementen medidas “valientes” para afrontar la crisis. Entre sus demandas se incluyen, el incremento del salario mínimo y mejorar las condiciones laborales; regular los alquileres en zonas tensionadas y limitar las viviendas turísticas y vacías; y aumentar el número de viviendas de alquiler social.
La presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea Henry, ha enfatizado que las ayudas al alquiler actuales “no son una solución efectiva” y han solicitado que se regulen los precios. “Las condiciones empeoran y las instituciones no están sabiendo responder”, ha lamentado.
Henry también durante su intervención se ha encargado de desmentir el mito de que “los jóvenes no quieren trabajar”, indicando que más del 10 por ciento de los jóvenes están infraocupados y casi la mitad tienen empleos para los que están sobrecualificados. Además, el 22 por ciento de los jóvenes en riesgo de pobreza tiene trabajo, una cifra que evidencia la necesidad de reformas estructurales en el mercado laboral.
El informe concluye que a nivel nacional, para alquilar un piso en solitario, los jóvenes deben destinar más del 100 por ciento de su salario, mientras que alquilar una habitación en capitales de provincia requiere un 40 por ciento de sus ingresos.