Reconocer la crisis migratoria y normalizar relaciones con Argelia

El pasado sábado, Salvamento Marítimo rescató a 60 millas al sur de Formentera a 13 personas de origen magrebí, cuya embarcación naufragó. Dos de los rescatados habían perecido y una tercera estaba herida grave, por lo que fue evacuada hasta el Hospital de Can Misses en Ibiza. Según varios testigos, habrían fallecido entre cinco o seis personas, cuyos cuerpos fueron tragados por el mar. Esta catástrofe pone de manifiesto la crueldad de las mafias que trafican con seres humanos desde Argelia hacia las Islas Baleares.

Estas organizaciones criminales explotan la desesperación de individuos que buscan una vida mejor, sometiéndolos a peligrosas travesías marítimas en embarcaciones atestadas y muy precarias. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año, al menos 88 personas han desaparecido en la ruta entre Argelia y Baleares, evidenciando el alto coste humano de este fenómeno. Seguramente la cifra sea mucho más elevada.

La falta de cooperación bilateral impide la devolución de migrantes y la lucha efectiva contra las redes de tráfico de personas

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades españolas del Ministerio del Interior persisten tercamente en negar la existencia de una ruta migratoria estable desde Argelia. Sin embargo, las cifras contradicen esta postura: en 2024, más de 5.100 migrantes han llegado a las costas baleares, más del doble que en 2023.

La ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Argelia ha complicado aún más la situación. La falta de cooperación bilateral impide la devolución de migrantes y la lucha efectiva contra las redes de tráfico de personas. Esta tensión diplomática ha llevado a un aumento en las llegadas de migrantes irregulares por vía marítima, ya que las mafias aprovechan la situación de nula coordinación entre ambos países.

Como primer paso para la solución del problema, es necesario que el Gobierno de Pedro Sánchez reconozca la magnitud de esta crisis humanitaria y adopte medidas contundentes para combatir a las mafias que se lucran a costa de vidas humanas. Además, es esencial normalizar las relaciones diplomáticas con Argelia para facilitar la cooperación en materia migratoria y garantizar procedimientos de retorno seguros y dignos.

La tragedia de Formentera debe servir como una llamada de atención sobre la urgente necesidad de abordar de manera integral y humana la problemática de la migración irregular en el Mediterráneo occidental.