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Los primeros turistas tras el Covid llegaron con la prueba piloto que encabezó Baleares
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Los primeros turistas tras el Covid llegaron con la prueba piloto que encabezó Baleares

De cerrar todos los hoteles a la recuperación del turismo

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
sábado 14 de diciembre de 2024, 05:00h

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A principios de 2020, prácticamente el mundo entero se había parado por la pandemia del coronavirus, una circunstancia que, más allá de la tragedia humana que había supuesto en sí misma, dañaría las principales economías de la Unión Europea, incluida la española. En nuestro caso, el perjuicio sería aún algo mayor, al ser nuestra economía una de las más dependientes del turismo en el Viejo Continente. Habrían de pasar algo más de dos años para que la situación volviera a normalizarse casi por completo.

En 2020 sólo había abierto el 50 por cien de la planta hotelera mallorquina. Un año después, ese porcentaje se situaría ya en el 90 por cien, hasta alcanzar finalmente casi el 100 por cien en el verano de 2022. Estas cifras se podrían extrapolar de manera genérica al conjunto de Baleares.

Las buenas perspectivas para 2022 en Mallorca se habían empezado ya a intuir en la Semana Santa de ese mismo año. "Consolidamos la apuesta firme del sector hotelero de Mallorca por la reactivación turística", afirmaría en abril de 2022 la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera. De hecho, "a pesar de la coyuntura derivada de la situación geopolítica, del incremento galopante de los precios y de su repercusión en los costes operativos", las previsiones de la FEHM para 2022 eran mucho mejores que las que había habido para el año anterior.

Frontera destacaría también en abril de 2022 que para los inminentes meses de verano se constataba "una tendencia basada en la vuelta a las reservas anticipadas, tal y como sucedía en los años prepandemia", si bien es cierto que esa vuelta iba a un ritmo algo inferior al de los años previos a la aparición del Covid.

En esas fechas habría también una nueva apuesta por calidad y por el mantenimiento de los precios hoteleros. Esto último era un indicativo de que el destino estaba reforzado "gracias al trabajo e inversiones de los últimos años y la solvencia demostrada por Mallorca en los momentos de crisis". Frontera había asumido la presidencia de la FEHM en enero de 2018 —cargo que ostentaría hasta noviembre de 2024—, por lo que conocía muy bien y de primera mano la labor que estaban llevando a cabo sus asociados desde hacía un lustro.

Los buenos augurios de Frontera para 2022 se acabarían cumpliendo, ya que Baleares recibiría aquel año 16,47 millones de turistas en total, 11,25 millones de ellos en Mallorca, que eran unas cifras equiparables a las que había habido en el Archipiélago hasta justo antes de la llegada de la pandemia del coronavirus. Cabe recordar que Baleares había cerrado 2019 con 16,45 millones de turistas, 11,86 millones de ellos en Mallorca.

El año 2019 había sido, además, especialmente bueno, ya que había habido un récord histórico en gasto, facturación y rentabilidad turística, según los datos publicados entonces por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y por el Instituto Balear de Estadística (Ibestat). Es cierto que las llegadas se habían reducido un 0,6 por cien con respecto a 2018, pero el gasto turístico había aumentado un 1,4 por cien, hasta alcanzar los 16.510 millones de euros, la cifra más alta de toda la serie histórica hasta entonces.

EL PARÓN DE 2020

A principios de 2020, las previsiones turísticas eran tan buenas como las del año anterior, ya que todavía se desconocía cuál podría ser finalmente el alcance real del nuevo virus detectado a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan, conocido inicialmente como SARS-CoV-2 y luego denominado Covid-19. Sería precisamente a partir de febrero de 2020 cuando los casos de coronavirus se irían sucediendo de manera paulatina por todo el mundo.

En este contexto, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunciaría el 11 de marzo de 2020 que la extensión del Covid-19 le daba ya un carácter de pandemia. Dos días después, el 13 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el Ejecutivo central había decidido declarar el estado de alarma en toda España por un periodo inicial de 15 días, ante el avance imparable del coronavirus en nuestro país.

El citado estado de alarma implicaba el confinamiento de prácticamente toda la población. En aquel momento, había 4.231 casos de coronavirus en el conjunto del Estado, una treintena de ellos en Baleares. Por lo que respecta al número de víctimas mortales en España, ascendía provisionalmente a 120 en total. En los días inmediatamente posteriores, se aprobaron varias resoluciones igualmente muy importantes. Así, el Ministerio del Interior decretó el cierre total de fronteras en España a partir del 17 de marzo, mientras que el 19 de marzo el Ministerio de Sanidad ordenó el cierre de todos los hoteles de España en un plazo de siete días.

Estas dos últimas decisiones supondrían el inicio de un parón turístico desconocido hasta entonces, del que sólo nos iríamos recuperando muy poco a poco. El primer paso para intentar remontar el vuelo lo dio en el verano de 2020 el Govern que presidía la socialista Francina Armengol, con la puesta en marcha de un plan piloto de apertura de corredores turísticos seguros, con la autorización del Ministerio de Sanidad.

Inicialmente, este plan se iba a desarrollar entre el 15 y el 30 de junio de 2020, y preveía la llegada a Baleares de forma escalonada de un máximo de 10.900 turistas alemanes, a través de 47 vuelos en total. Sin embargo, este proyecto quedaría reducido a una semana, después de que Sánchez anunciase que España adelantaría al 21 de junio la apertura de fronteras con la Unión Europea.

A partir de julio de 2020, las principales cadenas hoteleras irían abriendo progresivamente una parte de sus establecimientos en Mallorca, si bien a mediados de agosto habría ya los primeros cierres, por la caída del turismo procedente del Reino Unido. Así pues, la temporada turística duraría apenas dos meses, lo que repercutiría de manera decisiva en los resultados de 2020, con un descenso sin precedentes en el número de visitantes. En el caso de Baleares en su conjunto, ese año llegarían a nuestra Comunidad sólo 3,1 millones de turistas, de los cuales algo más de dos millones recalarían en Mallorca.

LA MEJORA DE 2021

Desde la aparición del Covid, los establecimientos hoteleros fueron un referente en todo lo relativo a la adopción de medidas para prevenir posibles contagios, incluidas por supuesto las denominadas tres 'emes', que eran el uso de mascarillas, el mantenimiento de una distancia mínima de 1,5 metros y el lavado continuo de las manos.

En todos los hoteles de Baleares se intensificarían la limpieza y la desinfección de las habitaciones, las áreas de trabajo y las zonas comunes, como por ejemplo los comedores, los ascensores o los aseos. Además, se instalarían mamparas y también dispensadores de gel hidroalcohólico, tanto para los empleados como para los huéspedes. Paralelamente, hubo controles exhaustivos de la distancia de seguridad en todas las zonas comunes, se crearon cartas con código QR en pantallas no táctiles y se adoptaron otras medidas, como desinfectar las maletas, facilitar el pago con tarjetas de crédito, entregar guantes de plástico desechables o dar toallitas desinfectantes.

Todas estas medidas se mantendrían cuando se inició en España y en el resto de países de la Unión Europea la estrategia de vacunación contra el coronavirus. En Baleares, la citada estrategia empezaría el mismo día que en el resto del Estado, el 27 de diciembre de 2020. Las primeras personas en ser vacunadas en las Islas fueron los internos y una parte de los trabajadores de la Residencia y Centro de Día Oms, ubicada en Palma. A esas personas se les administró entonces una primera dosis de la vacuna de Pfizer, a la que le seguiría una segunda dosis tres semanas después.

El plan de vacunación contra el coronavirus ideado por el Gobierno central constaba de tres etapas, que se aplicaron en todas las autonomías. El desarrollo de cada una de estas etapas estuvo condicionado en mayor o menor medida por la disponibilidad de las preceptivas dosis, una disponibilidad que fue muy limitada en la primera etapa. Otros condicionantes fueron los efectos adversos iniciales detectados en algunas vacunas, la aparición de sucesivas mutaciones en el virus, como las variantes delta y ómicron, o la propia evolución de la situación epidemiológica en cada momento.

Las vacunas que mayoritariamente se suministraron en España fueron las de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, que utilizaron también la mayor parte de países de la Unión Europea. Inicialmente, los principales investigadores y científicos creían que con el 70 por cien de la población vacunada contra el Covid se lograría la denominada inmunidad de grupo, lo que evitaría que continuase la transmisión comunitaria de esta enfermedad. Sin embargo, los citados expertos elevaron luego aquel porcentaje y lo situaron en torno al 90 por cien, tras constatarse la aparición de nuevas variantes del coronavirus y que personas ya vacunadas se seguían contagiando. En el caso de España, se alcanzaría el porcentaje del 90 por cien de la población inmunizada en enero de 2022.

El año 2021 es considerado hoy un periodo de transición entre el peor momento de la pandemia y el instante en que se iniciaría la recuperación. Este hecho puede constatarse fácilmente al ver que en 2021 casi se triplicó la llegada de visitantes con respecto al año anterior, con la presencia de 8,6 millones de turistas en nuestra Comunidad. Esa última cifra, sin ser del todo mala dadas las circunstancias, representaba sólo la mitad de los turistas que estaba recibiendo Baleares anualmente en los años anteriores a la pandemia.

LOS RÉCORDS DE 2022

Cuando se hicieron públicos los datos turísticos definitivos de 2022 en Baleares, se pudo constatar que no sólo había sido un buen año, sino además un año récord, mejor incluso que 2019, que hasta aquel momento era considerado el más sobresaliente.

El entonces conseller de Turisme, el socialista Iago Negueruela, dio a conocer que las Islas registraron en 2022 el mejor año de su historia en materia turística, en gasto y rentabilidad de los visitantes, tanto nacionales como internacionales. En concreto, 2022 supuso el mayor gasto turístico de la historia en el periodo de un año, con 17.316,4 millones de euros de ingresos, un 4,88 por cien más que en el anterior mejor registro, que había sido en 2019, con un ingreso de más de 806 millones adicionales en relación a ese año. Además, el gasto medio diario por turista en 2022 también se había situado en un nivel alto, con 159,82 euros, un 5,14 por cien por encima de los 152 euros de 2019.

Todas estas cifras tenían el valor añadido de que la llegada de visitantes en 2022 había sido prácticamente idéntica a la de 2019, situándose algo por debajo de los 16,5 millones de turistas en ambos casos. El gran salto cuantitativo por lo que respecta al número de visitantes en Baleares se daría ya en 2023, con la llegada de 17,8 millones de turistas en total.

El año 2022 también es recordado hoy por ser el de la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes para la Sostenibilidad y la Circularidad del Turismo de las Islas Baleares por parte del Parlament. Esta iniciativa legislativa, que había sido impulsada por el PSOE, Unidas Podemos y Més per Mallorca, prohibía la creación de nuevas plazas turísticas en los cuatro años siguientes, obligaba a los hoteles a instalar camas elevables a partir de 2023 y promovía diversas medidas para potenciar la economía circular. El PP y Vox votarían en la Cámara regional en contra de la citada ley, mientras que Cs y el PI apoyarían parte de su articulado.

Tanto los partidos que entonces estaban en la oposición como la mayor parte del sector hotelero valorarían positivamente varios aspectos de la nueva Ley de Turismo, pero criticarían que hubiera sido finalmente aprobada sin el preceptivo consenso y tras dos años especialmente duros para la economía balear en su conjunto y para la industria turística en particular, que, además, había venido haciendo ya grandes inversiones desde hacía al menos un lustro para la modernización y la sostenibilidad medioambiental de los establecimientos hoteleros.

Más allá de las decisiones en materia política tomadas a lo largo de 2022 tanto en Baleares como en otros territorios, ese año decenas de millones de personas en todo el mundo sintieron de nuevo el anhelo y la ilusión de viajar, quizás porque como dijo el ex secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Taleb Rifai, en cierta ocasión, "el turismo une a las personas, nos ayuda a abrir la mente y también el corazón".

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