Durante la legislatura del Pacte (2019-2023), bajo la presidencia de Francina Armengol, el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) planteó un ambicioso objetivo que no llegó a verse cumplido. En 2019 el parque de vivienda pública contaba con 1.756 unidades, Armengol quiso incrementar este número en más de un 40 por ciento. El Govern del Pacte entonces presentó proyectos con 1.276 viviendas planificadas. Pero, ¿cuántas de estas viviendas se acabaron al final de su mandato?
Los planes ambiciosos del Pacte no dieron sus frutos y de las 1.276 viviendas planteadas solo 606 se acabaron, dejando en el limbo 670 viviendas en tramitación, después de 4 años de gobernanza.
Según datos proporcionados por el IBAVI, en mayo de 2023 había 21 promociones en marcha que sumaban 364 viviendas. 11 promociones con obras iniciadas (190 viviendas) y 10 promociones con obras sin iniciar (174 viviendas). Además, de los proyectos promovidos por el Pacte, en 2023 y 2024 se finalizaron y entregaron 100 viviendas más. Esto dejó el parque de vivienda pública en un total de 2.362 viviendas finalizadas en el momento del cambio.
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Con estos datos, el reto que tenía Marga Prohens encima de la mesa, en julio de 2023 era la de lograr lo que no consiguió el Pacte en la anterior legislatura. Para lograr este cambio en la vivienda pública, el Govern de Prohens decidió anunciar la construcción de 600 nuevas viviendas en todas las Islas Baleares. Una decisión que respondía más a la realidad y capacidad del sector que a la ambición política.
Para tratar de mejorar las calidades y conseguir este objetivo, el Govern y el IBAVI han respaldado estas viviendas con un presupuesto de 106 millones de euros para 2025, incrementando su asignación en un 20 por ciento respecto al año anterior. Más de la mitad de este presupuesto, unos 60 millones de euros, se destinarán a inversiones en vivienda pública, incluyendo la construcción de estas nuevas promociones.
En Mallorca, las iniciativas anunciadas incluyen 110 viviendas en Palma, 44 en Marratxí, 20 en Port de Pollença, 24 en Peguera y 12 en Sencelles. Además, el IBAVI ha adquirido 6 viviendas en María de la Salut, convirtiéndose en las primeras VPO en ese municipio. Sin embargo, debido a los plazos administrativos habituales, ninguna obra de las nuevas promociones ha comenzado aún. Se prevé que en el transcurso de 2025 puedan licitarse e iniciarse las primeras obras.
Desde el Govern y el IBAVI también han planteado diferentes colaboraciones con los ayuntamientos de las islas para mejorar el mapa de vivienda actual. La cesión de suelo ha permitido impulsar nuevas promociones y, según el IBAVI, se espera llegar a acuerdos con más municipios durante esta legislatura para aumentar aún más el número de viviendas.
Obviamente, desde que Prohens tomó el mando en julio de 2023 se han entregado nuevas viviendas proyectadas años atrás y según datos del instituto, actualmente, el IBAVI gestiona 2.400 VPO.
DOS ENFOQUES, UN RETO COMÚN
El balance entre ambas legislaturas muestra enfoques distintos. Mientras que el Pacte apostó por una planificación ambiciosa que dejó muchos proyectos en fases iniciales, el actual Govern se centra en un planteamiento más ajustado en número de viviendas, pero con un mayor respaldo financiero. Una imagen que aboga más por la realidad y las circunstancias de la situación actual del sector de la construcción, frente a los deseos y a la falta de visión.
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EL RELOJ EN CONTRA
Vistas estas dos visiones en las últimas legislaturas nos deja con una comunidad que se sigue enfrentando a una situación complicada con una mayor demanda que oferta y con la necesidad de ofrecer vivienda a un precio asequible.
El incremento presupuestario y los nuevos proyectos son pasos importantes que pueden ayudar a mejorar la situación. La tramitación y los plazos de ejecución y finalización siguen siendo cuellos de botella críticos que requieren de una mayor agilidad administrativa.
Las promociones planificadas y en marcha representan un avance, pero no serán suficientes si no se acelera la entrega de las viviendas pendientes y se garantiza la finalización de los proyectos dentro de los plazos prometidos. La crisis habitacional no entiende de excusas, y la solución exige una gestión eficiente, rápida y comprometida; y el reloj juega en contra.