Los sospechosos, usando un perfil con datos falsos, se citaron con la víctima en un centro comercial de Palma para comprar su terminal, el cual pagaron con 8 billetes de 100 euros falsificados.
La víctima no fue consciente de la naturaleza de los billetes hasta que intentó ingresarlos en su sucursal bancaria, donde fue informado del engaño. Y es que según ha acreditado un informe pericial emitido por el Banco de España, se trata de una serie de billetes falsos calificada como “peligrosa” por su elevada calidad.
Aunque la lista de delitos cometidos por los dos jóvenes no termina ahí, puesto que para ocultar su identidad, los sospechosos usurparon la identidad de otra víctima, residente en península, celebrando un contrato con un operador de telefonía con sus datos para conseguir la línea usada para contactar a la víctima, lo que dificultó sobremanera la investigación policial.
Según ha explicado la Policía Nacional, el personal especializado del grupo de Blanqueo ha necesitado desarrollar múltiples gestiones para poder dar con los autores, pues a priori el único dato fiable que podía facilitar la víctima era el teléfono por el cual le habían contactado los autores, que constaba a nombre de un tercero ajeno a los hechos. En ese punto, los investigadores solo contaban con ese dato y una grabación de seguridad del centro comercial con imágenes borrosas de los sospechosos.
Sin embargo un arduo trabajo basado en el uso de esa línea telefónica y en el cribado de personas que pudieran haber hecho uso de la misma permitió ir reduciendo la lista de sospechosos potenciales hasta llegar a los dos detenidos.
Uno de ellos fue localizado en su domicilio en Sa Pobla este martes 19 de noviembre. El segundo sin embargo pudo en un primer momento evadir la acción policial, pues al intentar su detención simultánea con el otro sospechoso, se comprobó que éste había tomado un vuelo a península esa misma mañana.
Sin embargo los agentes averiguaron que tenía previsto volver el miércoles por la tarde, por lo que establecieron un dispositivo en colaboración con funcionarios destacados en la Comisaría que la Policía Nacional tiene en el aeropuerto de Son Sant Joan, logrando apresarle en la terminal.
Ambos jóvenes fueron puestos a disposición judicial tras lograr recuperar el móvil de la víctima.
HECHOS INUSUALES EN MALLORCA
La Policía Nacional ha informado de que los billetes falsos en Mallorca son, afortunadamente, un fenómeno infrecuente, algo que los investigadores atribuyen a la insularidad.
Y es que el método usualmente empleado por las organizaciones dedicadas a “colocarlos”, conocido como “de goteo”, consiste en ir desplegando personas con fajos de billetes falsificados en una localidad, en la que realizan numerosas compras de productos de pequeño valor, obteniendo como beneficio el dinero real recibido como cambio.
Ese proceso, para que los autores puedan evitar la acción policial, implica que los sospechosos se muevan constantemente de ciudad en ciudad, algo problemático en una isla.
Los billetes intervenidos proceden de una serie elaborada en Bulgaria hace años, donde los responsables de ese país eslavo se labraron una reputación al haber producido las primeras falsificaciones de euros de alta calidad conocidas, que dieron lugar a complejas investigaciones internacionales que llevaron al desmantelamiento de talleres clandestinos en ese país, si bien todavía quedan algunos ejemplares en circulación, como los intervenidos en esta ocasión.
CASTIGO A LA FALSIFICACIÓN
Se trata de un delito muy castigado, con penas que van desde los dos hasta los doce años de prisión dependiendo del papel desempeñado por el autor en el proceso de falsificación e introducción de los billetes.
Esta gravosa penalidad, similar a la prevista en los códigos penales de todos los países del mundo, responde al grave riesgo para el sistema económico que suponen los billetes falsos, pues una introducción masiva de los mismos pondría en jaque la credibilidad del sistema monetario, y en el caso de una divisa de referencia como el euro, tendría graves repercusiones para la economía mundial.
Por este motivo los acuerdos internacionales para la represión de este delito se remontan al siglo XIX, y todas las fuerzas policiales del mundo cuentan con expertos en la materia, no siendo la Jefatura de Baleares una excepción.