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Patrimonio, turismo de masas y picaores

Patrimonio, turismo de masas y picaores

viernes 22 de noviembre de 2024, 05:00h

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Al final tenía que pasar. Los italianos han dicho que para masificaciones, la cama de Mesalina o la de la Cicciolina, y que a partir de ahora las visitas a Pompeya estarán limitadas a 20.000 visitas diarias presentando el DNI. Las causas son dos principalmente: La restricción obedece al fenómeno del turismo masivo tan de moda, tan ecológico y tan poco rentable en vez de las tradicionales vacaciones. Llegan los cruceros y vomitan literalmente 5.000 pasajeros que en seis horas, o visitan o Nápoles o Pompeya. Si atraca otro después, 5.000 más y así hasta casi 37.000 diarios con el riesgo de colapso y concentración antropogénica sin olvidar que el Vesuvio está activo y que el día menos pensado, a lo peor tendrán que evacuar al personal en chanclas para evitar coleccionar más figuritas de roca volcánica.

Lo del DNI tiene otro objetivo. Cansados de tanto mamarracho de todo tipo y condición que continua sin entender, que antes de salir de casa hay que saber comportarse y sino mejor seguir dando volteretas por los Alpes y que no se pueden ir rascando piedras, puertas y hierros con los eternos “El Tete estubo Aki” o llevándose chinitas de recuerdo, van aplicar mejor la ley antivandalismo. Incluso se habla de cámaras de reconocimiento facial a partir del DNI.

Pompeya no es el único lugar. En Roma, 12.000 personas al día en la Fontana de Trevi a tirar monedas y hacerse selfies ¿Han estado ustedes en la Fontana de Trevi? ¿Cómo caben ahí 1.000 personas a la hora?, Para que se lo piensen mejor, el alcalde va a cobrar 2,5 € de entrada por 30 minutos de visita.

Lo de Venecia ya es un clásico: 20 millones de turistas al año y la gente se olvida que cada paso de turista, aquello se hunde un poquito más. Las autoridades cobrarán 5,5€ de entrada. Se hundirá igualmente, no se vayan a creer, pero al menos tendrán dinero para las mudanzas de sus habitantes

En Agosto los griegos ya fueron los primeros en limitar las visitas a la Acropolis y la cosa se limito a 20.000 visitas diarias en vez de las casi 50.000. Normal si se piensa que la temperatura en verano lo único que puede producir son golpes de calor masivo y en el Erecteion ni en el Partenon no hay centros de salud de emergencia.

El turismo desgraciadamente no entiende de estas cosas de efecto antropogénico sobre estos lugares y la fragilidad de los restos arqueológicos ¡Como que son de piedra!.

El turismo, como actividad productiva, puede ser ampliamente beneficioso, pero también puede ser considerablemente destructivo si no es manejado adecuadamente sino se tiene en cuenta la Capacidad de Carga Turística.

El daño y vandalismo a monumentos u obras de arte, la contaminación y degradación ambiental por desperdicios, la alteración de los ecosistemas, el desplazamiento de la población local y la interrupción de su acceso a sus propios recursos y tradiciones históricas o espirituales, ya sea ir a comprar el pan o ir a la procesión mariana. Todas estas son consecuencias potencialmente negativas pueden surgir como resultado del turismo de masas.

Quien diga que lo del turismo de masas es un invento capitalista se equivoca. Es el resultado del perverso sistema socialista faviano que se esta implementando en nuestra sociedad del bienestar. Lo enmascaran con el concepto de la Experiencia Viajera de mierda, para excusar ,que si bien antes la gente de iba de vacaciones quince o veinte días, ahora en realidad sólo puede irse cinco, ya que los sueldos son una caca, la inflación y los impuestos hacen el resto.

Pongamos un ejemplo. En Europa 750 millones de ciudadanos tienen que coger vacaciones cinco días a escoger entre una de las seis semanas que dura el periodo vacacional. Nos da la bonita suma de 125 millones de personas por semana que anhelan sus merecidas vacaciones y se genera un efecto embudo en los destinos tradicionales: Vuelos LowCost carísimos, sin plazas hoteleras pero si apartamentos turísticos y pertrechados con tappers y botellas de agua para no gastar.

Como la clase media ya no viaja en coche, la Experiencia Viajera empieza y termina en la terminal del aeropuerto y el destino más barato. Antes la familia viajaba por esas carreteras de Dios espaciando la avalancha y se distribuía por la geografía veraniega en sus casitas y apartamentos de veraneo. Hoy la mayoría de la clase media europea ha vendido la segunda residencia de los padres donde se iban de vacaciones. Vaya por delante que yo no me voy de vacaciones. Yo veraneo, largo y tendido. Una costumbre familiar convertida en norma y finalmente en Ley.

No seré yo quien se queje por el bendito turismo. De hecho mi generación no ha conocido otro motor económico nacional: El turismo nos ha enriquecido, nos ha hecho fantasear, nos ha enseñado a compartir y evolucionar de una sociedad campesina preindustrial a otra más envidiosa si cabe, por las fantasmadas que nos contaban nuestros hermanos mayores, que no fue para tanto.

Los de la Generación X esperábamos las vacaciones con más ilusión que el día de Reyes. Esperábamos al turista con intenciones aviesas, y comprobar si las clases de inglés habían servido para algo. La Generación X codiciaba el revolcón de importación. El Centro de Estudios Peregrinos Benedictinos de Monserrat calculó la incidencia de turismo en la virginidad de la española de los 80 y 90. Más de un 65% se había entregado por primera vez a Italianos, franceses, Irlandeses, griegos y portugueses. Es de suponer que antes de consumar, preguntaron si eran católicos o herejes.

Desclasificados los archivos del CNI, se ha descubierto que a mediados de los 60 se lanzó la canción “El beso” con Paquita Rico. Ya saben: “La española cuando besa, besa de verdad…” y que como una estrategia propagandística de emergencia del franquismo, para intentar in extremis, desmitificar y contrarrestar el fugaz morreo con las guiris y fomentar el sólido revolcón patrio.

De todos es conocido que el Picaor mallorquín, auténtica gloria insular y bien patrimonial más reputado entre las escandinavas que las Cuevas del Drac y más temido que los honderos de Escipión entre padres y novios de las inglesas, resistió aquel envite propagandístico.

De proceder calmado pero efectivo como la gota malaya, los Picaores “esquilmaban”, si, pero finalmente se casaban con la novia de Felanitx de toda la vida. Así hemos ido perdiendo uno de nuestros recursos turístico patrimoniales, en pos de la Experiencia Viajera.

¡A ver que Picaor hoy se enfrentaría a una avalancha de 10.000 escandinavas en el Borne!

Jorge Llopis Planas, director de Pecados del Arte

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