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El intolerable descaro de los narcos de Son Banya

jueves 14 de noviembre de 2024, 00:00h

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El poblado chabolista de Son Banya ha sido durante décadas –y todavía es– un conocido punto de actividad delictiva en Palma, donde el narcotráfico y la criminalidad organizada han establecido su refugio. Sin embargo, lo que hoy se observa sobrepasa todos los límites tolerables. La instalación de luces en puntos de venta de droga, y hasta una alfombra roja que recibe a los compradores, no es solo un símbolo de descaro, sino un mensaje peligroso de que los delincuentes en esta zona no temen las consecuencias de sus crímenes ni a las autoridades.

Este nivel de ostentación es una provocación directa hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. De ahí que la intervención conjunta de Policía Nacional y Guardia Civil en Son Banya el pasado martes para combatir el tráfico de drogas y que se saldó con 16 personas detenidas, sea especialmente necesaria. La sociedad mallorquina no puede ni debe resignarse a aceptar que exista en su territorio una zona en la que la ley sea ignorada tan descaradamente.

La sociedad mallorquina no puede ni debe resignarse a aceptar que exista en su territorio una zona en la que la ley sea ignorada tan descaradamente

Es esencial que las Fuerzas de Seguridad y la Autoridad Judicial intensifiquen sus esfuerzos y actúen con contundencia para eliminar estos focos de criminalidad. Los operativos como el desplegado el martes, deben ser el primer paso en una estrategia a largo plazo, donde el seguimiento, la vigilancia continua y el cierre de puntos de venta de drogas sean la norma. La visibilidad y el descaro de estos criminales demuestran que sienten que sus actividades tienen poca o ninguna repercusión.

Además de la intervención policial, se requiere de políticas sociales que ayuden a transformar la realidad de Son Banya, generando oportunidades que permitan a sus habitantes salir del ciclo delictivo. Es una tarea compleja, pero crucial para frenar el avance de quienes hoy desafían el orden legal y social, y para devolver la paz y el respeto por la ley a los habitantes del poblado.