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Trump arrolla a Harris y será el próximo presidente de los EE.UU.

jueves 07 de noviembre de 2024, 00:00h

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La victoria del candidato del Partido Republicano, Donald Trump, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos representa un giro que despierta preocupación en Europa. La reelección de un líder conocido por su proteccionismo y sus tensiones comerciales anticipa tiempos difíciles para la relación transatlántica.

Durante su primer mandato, entre 2017 y 2021, Trump impuso aranceles a productos europeos, defendiendo la protección de la economía estadounidense a costa de la competencia internacional. Esta política comercial, a todas luces contraria al espíritu de cooperación económica, sigue siendo parte central de su agenda y su retorno podría revivir disputas comerciales que afecten gravemente a sectores clave para Europa, como el automóvil y la tecnología.

Además, Trump ha mantenido una postura contraria a facilitar recursos económicos y armamento a Ucrania, clave para resistir la invasión rusa. La UE ha sido uno de los principales bastiones de apoyo a Kiev, un respaldo crucial que ahora podría verse debilitado si Estados Unidos suprime o reduce su participación en este conflicto. Sin el liderazgo de Washington en esta causa, Europa podría sufrir una mayor crisis de seguridad, además de una necesidad urgente de reorganizar su estrategia de defensa y su suministro de energía, ya que la guerra ha reconfigurado el mapa energético global y la dependencia del gas ruso sigue siendo un tema sensible.

La victoria de Trump ha sido contundente, con una ventaja notable tanto en delegados electorales como en el voto popular

A pesar de estos preocupantes nubarrones, la victoria de Trump ha sido contundente, con una ventaja notable tanto en delegados electorales como en el voto popular, lo que indica una clara preferencia de los estadounidenses. Trump ha sido elegido por un electorado consciente de su personalidad y de sus propuestas políticas, por lo que no puede decirse que los ciudadanos no saben lo que han votado. Lo saben perfectamente y han preferido al expresidente a la actual vicepresidenta, Kamala Harris.

Esta realidad obliga a Europa a prepararse para cuatro años que probablemente estarán marcados por una política estadounidense de corte nacionalista y aislacionista, incluyendo un anunciando desmarque de la Alianza Atlántica (OTAN).

A medida que Trump consolida su retorno a la Casa Blanca, Europa debe fortalecer su autonomía estratégica, reforzando sus lazos internos y diseñando una respuesta coherente ante el cambio en la política exterior de su mayor aliado histórico.