Las empresas baleares luchan contra las ventajas logísticas de la península

Los elevados costes de envío están asfixiando a las pymes de Baleares, especialmente en la era digital, donde el comercio electrónico se ha convertido en una herramienta clave para la supervivencia y expansión de pequeñas y medianas empresas; con un nicho de mercado al que es difícil acceder.

En un contexto donde las grandes plataformas y las empresas ubicadas en la península tienen ventajas logísticas y operativas, las pymes baleares se encuentran en una clara desventaja competitiva.

El hecho de estar ubicadas en un archipiélago encarece notablemente los costes de envío, tanto para recibir suministros como para distribuir productos a clientes en la península y en el extranjero. Esta situación limita su capacidad para competir en igualdad de condiciones con las empresas peninsulares y también pone en riesgo su viabilidad a largo plazo.

El hecho de estar ubicadas en un archipiélago encarece notablemente los costes de envío, tanto para recibir suministros como para distribuir productos a clientes

Es aquí donde el Régimen Especial de Baleares (REB) cobra una importancia vital. Este marco legal, diseñado para corregir los sobrecostes derivados de la insularidad, debería incluir medidas específicas que alivien la carga financiera de los envíos de paquetería. La inclusión de ayudas para los costes logísticos permitiría a las pymes baleares competir en igualdad de condiciones en el mercado digital y fomentar su crecimiento. Además, estas medidas ayudarían a mitigar la dependencia de intermediarios, permitiendo a las pequeñas empresas acceder directamente a los consumidores sin sobrecostes que las ahoguen.

Sin un apoyo decidido del REB en este aspecto, el comercio digital en Baleares continuará siendo una batalla cuesta arriba para muchas empresas locales. Si queremos que las pymes baleares prosperen y no queden marginadas en un mundo cada vez más digitalizado, es imprescindible que se implementen políticas que igualen las reglas del juego. Al reducir los costes de envío, se estaría impulsando no solo la economía local, sino también la competitividad de Baleares en el contexto nacional e internacional.