Es cierto que los tiempos en los que vivimos son muy convulsos y que adaptarse al cambio que está viviendo nuestra sociedad es complejo, no obstante llega un momento en la vida de una persona que hay que tirar la toalla y aceptar que la realidad es la que es.
Desde mi punto de vista cada persona ve la realidad según su manera de ser, su educación, su formación y su experiencia de vida.
A veces no es fácil adaptarse a los cambios, pero desde mi punto de vista, es un buen ejercicio de crecimiento personal el hacerlo.
Conozco muchas personas que se niegan a aceptar las cosas como son y entran en negación absoluta, cuando se les dice que deben de cambiar, o que su relación no funciona más como está actualmente o simplemente, que el trabajo que estaban desempeñando ha sufrido modificaciones que les obliga a formarse o a cambiar su manera de actuar.
Esa negación de la realidad solo alarga su sufrimiento y hace que, como en todos los duelos, no puedan avanzar al nivel siguiente.
Tras pasar por la rabia, la tristeza y la negación llegará la aceptación de las cosas como son, sin más.
Esto lo vemos cada día en nuestros políticos y dirigentes.
Ellos son los primeros que se agarran y no quieren soltar su realidad y llevan las situaciones hasta un punto que no se puede sostener en el tiempo.
Y claro está, si nuestros dirigentes son incapaces de cambiar y aceptar sus errores, ¿cómo lo vamos a hacer los mortales ?
Esto nos lleva a una sociedad en la que el número de depresiones, bajas por ansiedad y enfermedades mentales aumenta día a día.
Esa negación hace que no podamos cambiar las cosas, porwue solo desde la aceptación de lo que estamos viviendo puede modificarse la situación
Cuando yo acepto las cosas como son, puedo comenzar a cambiarlas y a vivir desde la conciencia absoluta de que una vida mejor puede darse.
Aprende a aceptar la realidad que estás viviendo, para poder cambiarla y desde ahí comienza a dibujar tu nueva realidad, desde la aceptación absoluta de las cosas tal y como son.