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Turismo rural: motor para el sector primario y la sostenibilidad
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Turismo rural: motor para el sector primario y la sostenibilidad

martes 15 de octubre de 2024, 05:00h

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El turismo rural es una experiencia auténtica en la que la naturaleza, la gastronomía local y la cultura agrícola juegan un papel fundamental en el mantenimiento del progreso económico y en la diversificación de la oferta, durante todo el año, siendo una actividad turística más por la que apostar para avanzar hacia la diversificación y el turismo sostenible, ofreciendo un producto diferenciador que permite una conexión con la vida rural, la naturaleza y para conocer la identidad cultural de las islas también a través de su gastronomía, su patrimonio e historia.

Baleares ofrece, para aquellos que buscan desconectar y conectar con la naturaleza, una amplia variedad de paisajes rurales acompañados de la gastronomía local y la cultura agrícola, que supone múltiples beneficios tanto para visitantes como para el desarrollo local y la preservación de tradiciones. El turismo rural ha ganado popularidad en los últimos años, consolidándose Baleares como el destino preferido de este segmento en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

No son solo los alojamientos únicos en entornos idílicos, sino el producto local y las actividades con la naturaleza que este tipo de turismo lleva asociado lo que hace del archipiélago que el turismo rural suponga un elemento clave para la desestacionalización y para seguir caminando hacia un producto diferenciador y sostenible que garantice el desarrollo y la preservación del entorno y la comunidad.

Muchas de las actividades rurales se pueden disfrutar durante todo el año. Desde el senderismo y la observación de estrellas, hasta el enoturismo y las experiencias gastronómicas. El turismo rural no solo es una fuente de ingresos para las islas, sino que también desempeña un papel crucial en la revitalización de las economías locales y la preservación del paisaje agrícola. Este modelo de turismo permite que las explotaciones agrarias sean viables y contribuye a crear nuevas oportunidades laborales en zonas rurales.

Además, la creciente demanda de productos locales, como el aceite de oliva, el queso de Mahón y los vinos de denominación de origen, está impulsando el sector agrario, fomentando prácticas sostenibles y mejorando la calidad de vida de las comunidades rurales.

Una de las características más destacadas del turismo rural en Mallorca es la amplia oferta de alojamientos de agroturismo. Estas propiedades, a menudo situadas en antiguas fincas mallorquinas restauradas, ofrecen a los viajeros una experiencia de alojamiento única, donde se mezcla la comodidad con la vida rural. Muchos de estos alojamientos están ubicados en el corazón de la naturaleza, rodeados de cultivos y huertos, lo que permite a los huéspedes disfrutar de un entorno tranquilo y auténtico.

Los hoteles rurales y agroturismos suelen estar gestionados por familias locales que ofrecen un servicio personalizado y cercano. Las estancias suelen incluir habitaciones decoradas con un estilo rústico y elegante, combinando elementos tradicionales como vigas de madera o paredes de piedra, con las comodidades modernas necesarias para una estancia confortable. Además, muchos de estos establecimientos producen sus propios alimentos, como aceite de oliva, vino, o productos de la huerta, que los huéspedes pueden degustar y comprar.

Más allá del alojamiento, los agroturismos en Mallorca ofrecen a los visitantes una oportunidad única de participar en actividades relacionadas con la vida rural y la producción agrícola. Algunos alojamientos permiten a los huéspedes involucrarse en la recolección de frutas y verduras, asistir a talleres de cocina con productos locales o participar en catas de vino y aceite de oliva, elaborados en la misma finca.

También es habitual que estos alojamientos ofrezcan rutas de senderismo o paseos en bicicleta por las tierras circundantes, permitiendo a los visitantes explorar el paisaje natural y disfrutar de vistas espectaculares, todo desde la comodidad de su propio alojamiento. Además, los agroturismos son perfectos para aquellos que buscan desconectar, ya que muchos de ellos incluyen piscinas, zonas de relajación y spa, integrados en el entorno natural.

SERRA DE TRAMUNTANA: PARAÍSO RURAL

Mallorca ofrece un sinfín de posibilidades para una experiencia auténtica a través de sus pueblos rurales únicos como Valldemossa, Sóller o Deià, donde las casas de campo y villas señoriales permiten a los visitantes sumergirse en la tranquilidad de la naturaleza.

Valldemossa, conocido por sus calles empedradas y su espectacular entorno montañoso, ofrece rutas de senderismo como el camino del Arxiduc, que permite disfrutar de vistas impresionantes de la Serra de Tramuntana. Sóller, rodeado de naranjos, es el punto de partida de excursiones que conectan con el valle de Biniaraix; mientras que Deià, con su fuerte tradición artística, es un refugio tranquilo donde la vida rural fluye a su propio ritmo.

Barranc de Biniaraix.

Banyalbufar es el pueblo idóneo donde practicar el turismo rural en Mallorca, pues su ubicación ofrece unas vistas espectaculares tanto de la costa como de la Serra. Este municipio, además, es famoso por la elaboración del vino de malvasía. Por este motivo, paseando por su entorno rural, se puede conocer el proceso de elaboración de esta bebida tan demandada, desde sus viñedos hasta la elaboración del mismo en sus bodegas.

Estos enclaves, muchos de ellos con casas de campo construidas sobre antiguas fincas señoriales, permiten también una conexión con la historia de la isla; las fincas transformadas en alojamientos rurales combinan el confort moderno con la tradición mallorquina.

Casa rural en Banyalbufar.

IMPULSO AL SECTOR AGRÍCOLA

Mallorca alberga experiencias rurales únicas, como la finca Son Mut Nou (Llucmajor), donde Montserrat Pons i Boscana ha creado el mayor Campo de Experimentación de Higueras del mundo, con más de 1.436 variedades de higueras de diferentes partes del planeta. Esta atracción permite conocer de cerca el cultivo de uno de los productos más tradicionales de la isla y demuestra el compromiso de la región con la preservación de su patrimonio agrícola.

Asimismo, en el interior de Mallorca es también donde se cultivan algunos de sus productos más emblemáticos, como el aceite de oliva o las almendras. La isla cuenta con dos zonas de denominación de origen vinícola, Binissalem y Pla i Llevant, donde los viñedos ofrecen recorridos y degustaciones de vinos y restaurantes que fusionan recetas tradicionales con innovadores toques de autor, utilizando productos locales de temporada.

Wine Days de la D.O. Binissalem.

El turismo rural en Mallorca no se limita únicamente a los paisajes montañosos o las caminatas por sus costas. La isla también es conocida por su producción vinícola, y muchas bodegas han abierto sus puertas al enoturismo, una actividad cada vez más popular entre los visitantes que desean explorar la tradición vitivinícola mallorquina. Regiones como Binissalem y Pla i Llevant son famosas por sus viñedos, y ofrecen visitas guiadas a bodegas donde los turistas pueden recorrer las viñas, aprender sobre el proceso de elaboración del vino y, por supuesto, disfrutar de catas de los caldos locales.

Bodegas como José L. Ferrer o Binigrau han sido pioneras en ofrecer experiencias completas que incluyen paseos por los viñedos, explicaciones sobre el cultivo de variedades autóctonas como la Manto Negro o la Prensal Blanc, y degustaciones de vinos maridados con productos locales. Estas rutas vinícolas permiten a los visitantes adentrarse en el mundo del vino de Mallorca, combinando naturaleza, cultura y gastronomía.

Bodegas de la D.O. Pla i Llevant

MERCADOS

Los mercados rurales de Mallorca son otro de los atractivos turísticos que permiten a los visitantes sumergirse en la cultura local. El mercado de Sineu, celebrado los miércoles, es uno de los más antiguos y tradicionales, famoso por la venta de animales y productos agrícolas.

En Santa María, los domingos, se celebra un mercado con una amplia oferta de productos ecológicos, mientras que el mercado de Pollença, también los domingos, destaca por la calidad de sus artículos artesanos.

Mercat de Pollença.

Estos mercados no solo son una oportunidad para adquirir productos locales, sino también para vivir la esencia de los pueblos mallorquines, donde la vida transcurre a otro ritmo, más pausado y conectado con la tierra.

EXCURSIONES

El municipio de Felanitx, ubicado en el sureste de la isla, ha logrado conservar su esencia rural. Los domingos, día en que se celebra su tradicional mercadillo, las calles del pueblo se llenan de puestos que ofrecen productos locales y artesanías. Este mercado no solo es un punto de encuentro para los residentes, sino también un atractivo turístico para quienes buscan adentrarse en las costumbres mallorquinas.

Santuari de Sant Salvador.

Uno de los puntos más emblemáticos de Felanitx es el santuario de Sant Salvador, una edificación religiosa situada en una colina cercana. Desde allí, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica que abarca gran parte de la isla.

Alaró, en la Serra de Tramuntana, es otro de los destinos imprescindibles del turismo rural en Mallorca. La localidad alberga uno de los castillos más antiguos de la isla, el castell d'Alaró, una fortificación que data de la época musulmana y que ofrece impresionantes vistas sobre gran parte del territorio mallorquín.

Castell d'Alaró

Una de las apuestas más importantes por el turismo sostenible en Mallorca es la Vía Verde, una ruta ecológica que conecta las localidades de Manacor y Artà a lo largo de 29 kilómetros de recorrido. Esta antigua línea ferroviaria ha sido reconvertida en un camino para senderistas, ciclistas y jinetes, atravesando paisajes rurales de gran belleza en la zona de Llevant.

La Vía Verde permite disfrutar de la Mallorca más natural y auténtica, lejos de las carreteras y del tráfico, y es un ejemplo de cómo el turismo rural puede desarrollarse de manera sostenible.

La Vía Verde Manacor-Artà

MENORCA, IDEAL PARA CONOCER EL SECTOR PRIMARIO

Menorca ofrece una experiencia rural centrada en la sostenibilidad y el respeto por el entorno. Los agroturismos y hoteles rurales de la isla, muchos de ellos en zonas como Alaior y Sant Climent, siguen una filosofía ecológica que busca preservar el paisaje natural de la isla. Algunas de estas fincas permiten a los visitantes participar en actividades agrícolas, conocer de primera mano el proceso de elaboración de productos locales como el queso de Mahón o los vinos de Ciutadella, e incluso disfrutar de noches de observación astronómica, aprovechando la baja contaminación lumínica de la isla.

El senderismo también es una de las actividades estrella en Menorca, con rutas como el Camí de Cavalls, un sendero histórico que rodea la isla y ofrece vistas espectaculares de su costa virgen. Asimismo, el Parque Natural de s'Albufera des Grau es un destino ideal para los amantes de la naturaleza, donde se puede observar la rica biodiversidad que habita en esta reserva protegida.

Parque Natural de s'Albufera des Grau.

Un ejemplo de que Menorca ha dado un paso más en su oferta turística con el lanzamiento del portal Menorca Turismo Rural, que aglutina toda la oferta complementaria del sector agrario de la isla, potenciando la diversificación de actividades y la comercialización de productos locales. El objetivo es claro: ofrecer a los visitantes experiencias auténticas y de calidad, vinculadas a la vida rural y al sector primario de la isla.

Entre las opciones disponibles se incluyen el alojamiento en agroturismos, la restauración basada en productos locales, la venta directa de alimentos, catas de productos agroalimentarios, visitas guiadas a fincas, talleres de producción artesanal y excursiones por los entornos rurales. Con este enfoque, se busca fortalecer la sección de agroturismos y turismo rural, promoviendo la diversidad de la oferta y el crecimiento sostenible del sector.

Gin Xoriguer.

Además, el proyecto también se enfoca en dar visibilidad a los distintivos agroalimentarios que certifican la calidad de los productos locales, como las Denominaciones de Origen (D.O.), Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y la producción ecológica. Esto permitirá a los visitantes conocer y apreciar la autenticidad de los alimentos que consumen, apoyando a los productores locales y fomentando un turismo responsable y consciente.

IBIZA Y FORMENTERA: CONEXIÓN CON LA NATURALEZA

Aunque Ibiza es más conocida por su vibrante vida nocturna, la isla también esconde un lado rural que muchos desconocen. En el interior, alejados de las zonas turísticas, se encuentran agroturismos rodeados de olivos y almendros que ofrecen un retiro tranquilo para aquellos que buscan bienestar y conexión con la naturaleza.

Un sendero en Ibiza donde poder conectar con la naturaleza.

Entre los alojamientos más singulares se encuentran fincas familiares en Santa Eulària des Riu, transformadas en hoteles boutique, que ofrecen retiros espirituales centrados en el bienestar físico y mental, una tendencia en crecimiento que añade un valor añadido al turismo rural de la isla.

Formentera es el mejor ejemplo de cómo el turismo rural puede integrarse de manera armónica con la sostenibilidad. La isla ha sido reconocida por su compromiso con la preservación de su entorno natural y por su enfoque en un turismo respetuoso con el medio ambiente.

Faro de La Mola.

Uno de los máximos exponentes de este enfoque es el Hotel Casbah, galardonado con el Premio Honorífico del Turismo del Gobierno Balear por sus prácticas innovadoras en sostenibilidad. Este agroturismo está inmerso en un frondoso bosque de pinos y ha sido diseñado para integrarse perfectamente con el paisaje natural de Formentera. Además, la isla permite a los visitantes disfrutar de sus paisajes únicos, como el Faro de la Mola, que ofrece vistas impresionantes del Mediterráneo.

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