La ruptura del pacto entre el Partido Popular y Vox en las Islas Baleares, evidenciada en el discurso de Sebastià Sagreras, portavoz parlamentario del Grupo Popular, en el pleno de remoción del presidente Gabriel Le Senne celebrado este martes, marca un punto de inflexión en la política autonómica.
Los intentos por salvar el acuerdo de 110 puntos que ambas formaciones alcanzaron al inicio de la legislatura, han resultado infructuosos. Esto deja al Govern sin aliado parlamentario estable que garantice la viabilidad de las iniciativas legislativas impulsadas por el Ejecutivo de Marga Prohens, lo que obligará a los populares a negociar cada medida y a ceder a las exigencias del resto de formaciones políticas, lo que no será sencillo.
Con su abstención, el PP evitó dar apoyo explícito a Le Senne, pero tampoco quiso entregar a la izquierda su ansiada cabeza por el desafortunado incidente del mes de junio, con la rotura de la fotografía de Aurora Picornell. Pero Sagreras no dejó pasar la oportunidad de abroncar a Le Senne y dejó claro que no se sienten vinculados a Vox y que al haber dado por terminada su alianza, los populares se guiarán por su programa electoral y por el pacto con el diputado de Formentera, Lorenzo Córdoba.
La soledad parlamentaria en la que se encuentra ahora el PP, exigirá grandes esfuerzos para buscar acuerdos con otros partidos
Al no aceptar el ofrecimiento de la izquierda de derribar al presidente de la Cámara integrante de Vox, el PP elude romper todos los puentes con los diputados de la extrema derecha. Hacer otra cosa hubiese sido casi suicida y la gobernabilidad se hubiese visto seriamente comprometida, pues no es realista contar con la izquierda para sustentar la acción del Ejecutivo de Prohens.
La soledad parlamentaria en la que se encuentra ahora el PP, exigirá grandes esfuerzos para buscar acuerdos con otros partidos que permitan sacar adelante sus propuestas legislativas. Pero el rival político del PP en la derecha, Vox, se encuentra cada vez más aislado y ha perdido capacidad de influencia sobre el Govern y, además, se ha evidenciado su fragilidad tras la marcha del diputado Agustín Buades del Grupo Parlamentario que lidera Manuela Cañadas.
La ruptura del pacto PP-Vox complica la gobernabilidad en Baleares, pero también permite al PP distanciarse de un socio que en lo que llevamos de legislatura, ha demostrado ser un permanente generador de inestabilidad política. Y, además, está por ver si el enfrentamiento en el seno del Grupo Parlamentario de Vox haya concluido.
Le Senne sigue siendo presidente del Parlament, pero su figura política está desgastadísima y sigue teniendo una causa penal abierta en los juzgados de Palma. Los enemigos, internos y externos, acechan.