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Imputan por homicidio al patrón del yate que arrolló mortalmente al joven en Cala Bona

Imputan por homicidio al patrón del yate que arrolló mortalmente al joven en Cala Bona

miércoles 28 de agosto de 2024, 18:40h

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La Guardia Civil ha imputado un delito de homicidio imprudente y otro de omisión del deber de socorro al patrón del yate que el pasado viernes arrolló mortalmente a un joven mientras pescaba en Cala Bona, en la localidad de Son Servera.

El hombre que pilotaba el yate en el momento que ocurrió el suceso ha comparecido este miércoles voluntariamente en la Comandancia de la Guardia Civil y ha quedado en libertad tras acogerse a su derecho a no declarar y ser informado de los delitos que se le imputan.

En los últimos días, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha centrado su investigación en el análisis de pruebas y la toma de declaración a los testigos.

¿QUÉ OCURRIÓ?

El accidente ocurrió aproximadamente a las 21.30 horas del viernes, cuando Guillem Comamala se encontraba pescando en un pequeño bote de fibra de 3,5 metros, acompañado por su hermano de 13 años y su tío.

El yate "La Luna", una lujosa embarcación de casi 20 metros de eslora, colisionó violentamente con el bote, golpeando a Guillem en la popa, lo que provocó su muerte instantánea. Según los supervivientes, el impacto fue tan fuerte que arrancó el motor fueraborda del bote, dejando a la embarcación completamente inoperante.

Tras el impacto, el yate no se detuvo y continuó su ruta hacia su puerto base en Porto Cristo. El patrón, en un intento por eludir a las autoridades, abandonó la isla y se refugió en Alemania, lo que complicó su localización y el inicio de las diligencias judiciales por parte de la Guardia Civil.

El yate en cuestión, "La Luna", es una Riva Ribelle 66, fabricada por el renombrado astillero italiano Riva. Con un motor Man V 12 1550 que le permite alcanzar velocidades de hasta 36 nudos, esta embarcación, valorada en más de cuatro millones de euros, representa el máximo lujo en el sector náutico.

Con capacidad para 12 personas y tres camarotes, el yate es un símbolo de exclusividad, pero ahora también es el epicentro de una tragedia que ha dejado una profunda cicatriz en la sociedad mallorquina.

El sábado por la mañana, una mujer fue vista limpiando el yate en el club náutico de Porto Cristo, antes de que la Guardia Civil pudiera precintarlo. Según los testigos, se intentaba eliminar cualquier rastro de la fiesta que la tripulación había celebrado la noche anterior al accidente. Se reportó que la tripulación arrojó vasos vacíos al muelle mientras limpiaban apresuradamente la embarcación.

La Guardia Civil, tras varias horas de búsqueda, localizó el yate amarrado en Porto Cristo, donde procedieron a interrogar a la tripulación. Inicialmente, estos alegaron no haber notado el impacto con el bote de Guillem, una versión que ha sido recibida con escepticismo por parte de los investigadores.

La investigación se ha centrado en determinar la responsabilidad del patrón, quien según vecinos de Porto Cristo, es un piloto de avión que había organizado varias fiestas a bordo del yate en el pasado, muchas de ellas con jóvenes y alcohol.

Las autoridades también están indagando si el patrón intentó huir de Mallorca en avión tras el accidente, y las cámaras de seguridad del club náutico serán fundamentales para esclarecer cuántas personas estaban a bordo la noche de la tragedia.

El impacto de la muerte de Guillem ha sido profundo. Su antiguo instituto, el IES Sant Marçal, emitió un comunicado en su página web lamentando la pérdida de un exalumno brillante y una persona excepcional. "Siempre lo recordaremos y formará parte de nosotros", señalaron.

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