Si te dicen que caí

Tras todo el año cuidando la dieta, haciendo ejercicio y poniéndonos en forma, para mantener la línea, llegan las vacaciones y todo cambia.

¡Qué si.. los amigos que vienen de visita, que si las cenas de verano, que si las cervecitassss…!!!

Pareciera que de repente nuestros cerebro se relaja y nos grita: ¡Ancha es Castilla!! y vemos como todo el esfuerzo del año se pierde en unos minutos.

Y tus amigos y familiares que han visto como durante todo el año les dabas la murga hablando de los súper beneficios de tu rigurosa dieta, se mueren de risa, viéndote comer como los gladiadores en tiempos romanos.

¡Si te dicen que caí, lo negaré absolutamente !!, alegas en tu defensa, añadiendo que, por pasarse un poquito unos días, no pasa nada.

Pero tú eres muy consciente de que te acabas de cargar un año completo de ejercicios y renuncias, pero no puedes evitar mirar esa ensaimada con cara de indigente en la puerta de una iglesia.

No obstante desde aquí, una sufridora de las dietas y glotona de alma, te quiere transmitir que no pasa nada, que los ángeles odian las dietas y que en el otro lado no existen.

Quiero que estés tranquilo y te comes con conciencia esos quesos manchegos que te ha traído tu mejor amiga del pueblo.

Ingiere con Amor esos torreznos que te trajeron Desi y Paco de Soria, cuando los vieron y se acordaron de ti, o el pastel Vasco que te trajo Marián para celebrar…. Simplemente las vacaciones y come tranquilo que, en dos días estamos en septiembre y comenzará nuevamente la normalidad y volverás a las dietas y al gimnasio.

Recuerda que solo se vive una vez y que una o dos semanas de exceso no te llevan a ningún sitio, si a la vuelta haces lo propio y te sigues cuidando.

Y hazlo con Amor, porque cuando ingerimos la comida pensando que nos hará malo, así será y viceversa también.

Disfruta de tus vacaciones y del relax y las alegrías que da juntarse en una mesa y reírte y disfrutar cada comida, añadiendo en cada frase: ¡qué bueno está todo y qué suerte tenemos de poder llevarnos ricos manjares a nuestras bocas!

¡Si te dicen que caí !…simplemente sonríe y recuerda que los grandes placeres de la vida son efímeros y debemos sentirnos agradecidos de poder disfrutarlos.