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El ladrón de gallinas

domingo 18 de agosto de 2024, 04:00h

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Dos españoles han sido detenidos en la ciudad de Inca por robar una gallina. El fiscal pide cárcel para los ladrones. Cuando, en Derecho Romano, estudiábamos a Gayo, nos reíamos de la ley que regula el delito de hurto de animales de granja. En este caso, robo de gallinas. Claro que en el año 2000, los estudiantes no concebíamos esa posibilidad. Según la historia falsa de España, solo robaban gallinas los gitanos. Cuando años después, como periodista, me fijaba en este tipo de noticias: el robo de gallinas, me enteré de que el hurto de animales de granja puede minusvalorarse como delito, si es para comer. El hambre que desapareció en los años pasados y que, ahora, parece que vuelve a ser causa de hurto. La noticia de los dos españoles que han robado una gallina en Inca, me parece muy adecuada para el artículo y la reflexión semanal. Hurto, robar, quedarse con propiedades que son de otros, ha de ser penada por la ley. ¿Qué Ley? Las que aprueban los políticos con su mayoría en el Congreso, o las que se negocian en mesas en ciudades del extranjero. Y no me refiero al caso del PSOE y Esquerra Republicana de Catalunya, que eso es política y en política todo es posible. Me refiero a las normas penales que se aplican a los pobres y desgraciados que tienen que robar para poder comer y las que se aplican a los delincuentes que roban para mantener su estatus social de ricos y gente honorable. El delito, en derecho romano y creo que hoy en día, sigue llamándose Abigeato. Incluye el robo de cerdos, perros, gatos y gallinas. Los animales de granja más pequeños. Está penado con cárcel entre 8 meses y un año y medio, según el valor de lo robado y las circunstancias. Hay muchas atenuantes, que normalmente el juez de turno acepta como válidos para reducir las penas. Pero, hoy, no hablo de robos con la intención de ganar dinero con propiedades ajenas. No se trata de robar gallinas entrenadas para pelear, ni perros o gatos con pedigrí internacional. Me refiero a la típica gallina, que en cualquier super cuesta dos euros el kilo. Muerta, desplumada y preparada para su consumo. Yo he sido testigo de robos de comida en una gran superficie ubicada en la planta baja de mi trabajo. He visto como la gente robaba alimentos porque no tenía dinero para pagarlos. He visto como hombres y mujeres intentaban llevarse, sin pagar, cartones de leche, carne envasada, fruta, pañales y galletas. He visto como trabajadores del super, después de cumplir con su obligación y con la policía delante, pagaban de su bolsillo lo robado y pedían al encargado que retirara la denuncia. Pero esa acción encomiable y cristiana, no es la solución al problema de la pobreza en España. Esa situación es culpa de los que mandan. Y déjense de tonterías. Nadie quiere que le detengan en un súper, delante de sus hijos, por robar un paquete de carne envasada. Cuando el mes que viene se harten de escuchar lo del concierto con Catalunya, recuerden que la caja única de España estaba para ayudar a las comunidades con menos ingresos. En España, hay territorios ricos, como Baleares, y pobres, como Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. Los socialistas de verdad y los populares de verdad, apuesto que estarán de acuerdo en que la grandeza de España se mide por su solidaridad interterritorial. Incluso, mis amigos catalanes, los que de verdad son constitucionalistas, seguro que también desean un país solidario, de norte a sur y de este a oeste. Que así sea.

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