Agosto en Palma: ¡El mes mágico sin tráfico!

En un giro inesperado, casi todos los accesos a Palma han experimentado un milagro sin precedentes este mes de agosto: ¡no hay casi atascos! Así es, esos embotellamientos perpetuos que sufrimos a diario durante todo el año a primera hora de la mañana han casi desaparecido como por arte de magia. La Vía de Cintura está prácticamente libre de atascos y Palma centro es un gusto, excepto en los alrededores del aeropuerto y en el dichoso túnel de Génova, tan mal iluminado que esperamos que enciendan las luces nuevas pronto para que las retenciones pasen a ser historia.

Para los que vivimos aquí, sabemos que solemos culpar a los coches de alquiler por el tráfico y al turismo. Esas hordas de visitantes que, según parece, disfrutan de pasar horas atrapados en sus coches alquilados, explorando nuestra maravillosa ciudad a través del parabrisas. Sin embargo, hemos descubierto que la verdadera causa del tráfico en Palma no son solo los turistas, sino también nosotros, los residentes.

Los residentes, en un acto de revelación divina, hemos decidido que agosto es el mes ideal para dejar nuestros coches. Quizás se deba a un pacto secreto entre los ciudadanos o a un fenómeno sobrenatural, pero lo cierto es que ahora podemos conducir sin casi atascos.

Las teorías abundan: algunos sugieren que los turistas se han vuelto eco-conscientes y ahora prefieren teletransportarse; otros, que muchos de nosotros hemos descubierto el placer del teletrabajo en la playa o nos hemos convertido en seres de luz. A pesar de que en Formentera han limitado la entrada de coches a la isla, hay quienes afirman que los problemas de tráfico siguen persistiendo. ¿Cómo es posible?. Lo que sí está claro es que, por primera vez en la historia, los locales y turistas han encontrado una manera de coexistir en perfecta armonía, o mejor dicho, en perfecta ausencia.

Pero no nos engañemos. Este milagro de agosto probablemente no durará. Al igual que el verano, la tranquilidad en los accesos a Palma es efímera. Pronto, las carreteras volverán a llenarse, y nosotros, con un toque de nostalgia, recordaremos este agosto como el mes en que muchos embotellamientos se fueron de vacaciones.

Mientras tanto, disfrutemos de este fenómeno paranormal hasta que vengan unos días nublados o llegue septiembre, conduzcamos sin prisa y saboreemos la ironía de culpar solo al turismo por el tráfico cuando, en realidad, solo necesitábamos unas vacaciones de nosotros mismos para darnos cuenta de que también somos parte del problema.

Recordar: Para solucionar problemas es esencial identificar sus causas; un buen diagnóstico es la mitad de la solución.