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Las tiendas de ropa Princesita echan el cierre.
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Las tiendas de ropa Princesita echan el cierre. (Foto: JMP)

Crisis del comercio tradicional: competencia, falta de relevo generacional y aumento del alquiler

Por Joan Miquel Perpinyà
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jmperpinyamallorcadiariocom/10/10/25
martes 20 de agosto de 2024, 14:00h

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El comercio tradicional en Palma está en declive, especialmente en lugares emblemáticos como Els Geranis, donde el cierre de tiendas históricas refleja una tendencia alarmante. Factores como la competencia de grandes cadenas y el auge de las compras online, junto con cambios en los hábitos de consumo, han llevado al cierre de negocios con décadas de historia, lo que amenaza tanto la economía local como el patrimonio cultural de la ciudad.
Crisis del comercio tradicional: competencia, falta de relevo generacional y aumento del alquiler
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(Foto: J. Fernández Ortega)

Baleares ha perdido casi 5.000 comercios en los últimos 15 años, según los datos más recientes de la Conselleria de Hacienda. Esta crisis en el comercio tradicional ha ocasionado que establecimientos emblemáticos de las calles echen el cierre definitivo.

Es más, el pasado año supuso un récord negativo, dejando registrados tan solo 14.371 comercios, lo que supone una reducción de un 25,69 por ciento desde 2008. Los principales problemas a los que se enfrenta el comercio tradicional son la carencia de relevo generacional, la gran competencia con las plataformas online y la falta de conciliación personal y laboral.

Entre los cierres más emblemáticos, destaca la cadena de tiendas Princesita, que ha cerrado sus últimos cuatro locales en Palma debido a la bajada de ventas. Este negocio familiar, iniciado en 1958, no pudo resistir la competencia del comercio online y los crecientes impuestos.

Otro caso significativo es el cierre de la tienda de productos artesanales Son Vivot, que tras 27 años en la Plaça de la Porta Pintada cerró en abril. Esta tienda, conocida por su ambiente rústico y su oferta de delicias mallorquinas, es solo uno de muchos negocios tradicionales que han desaparecido en los últimos años.

La tienda de ropa infantil Colorins es otro local que se despidió de sus clientes el pasado mes de julio. El local, dedicado a la moda para los más pequeños, estaba situado frente a la delegación de Correos, cerca del Passeig des Born.

El Mercat de l’Olivar también ha sufrido pérdidas notables. En marzo de este año, cerró la emblemática pastelería Casa Canet, una institución con décadas de historia. La pérdida de este negocio no solo afecta a los amantes de la repostería, sino también al propio mercado, que ve cómo uno de sus atractivos históricos desaparece.

Dos meses antes, el Mercat de l’Olivar sufrió otro golpe con el cierre del puesto de verduras Hortolà, tras más de 50 años de actividad. El puesto, conocido por su selección de productos frescos y su servicio cercano, fue una pieza clave del mercado. Al parecer, Hortolà se vio obligado a cerrar debido a la falta de relevo generacional y al descenso de ventas.

También ha anunciado su cierre Calçats Melchor, una zapatería con más de 50 años de historia, debido a la imposibilidad de competir con el comercio electrónico y los crecientes gastos operativos. Melchor Antonio Palau, actual gerente, lamenta que los impuestos estén asfixiando a su negocio familiar.

Sastrería Pedro Lladó

La sastrería Pedro Lladó, con más de 40 años en Los Geranis, cerrará en tres meses. Mateu Cunill, su propietario, se jubila y lamenta que las nuevas generaciones ya no valoren la ropa formal como antes.

Hace apenas unos días, otro establecimiento ubicado en Los Geranis ha anunciado su cierre. Se trata de la lencería Gracia, una tienda de ropa interior femenina con 30 años de historia en el corazón de Ciutat. Su propietaria, Magdalena Creus, lamenta que el cambio en los hábitos de consumo y la competencia de grandes cadenas hayan hecho insostenible mantener las puertas abiertas.

Para intentar frenar esta ola de cierres, el Govern balear lanzó en 2022 el proyecto Emblemàtics de les Illes Balears, destinado a proteger los comercios tradicionales y de proximidad. Sin embargo, el reconocimiento no ha sido suficiente para garantizar la supervivencia de estos negocios. Y es que en 2023 se cerraron cuatro establecimientos emblemáticos en Palma, incluyendo Calzados La Elegancia y la joyería Alfredo.

Ante esta alarmante situación, las asociaciones de comerciantes han solicitado al Ayuntamiento de Palma y al Govern medidas urgentes, como incentivos fiscales y políticas que regulen la expansión de las grandes cadenas y plataformas online. Sin medidas concretas y urgentes, el paisaje comercial de 'Ciutat' y de toda Baleares podría cambiar irreversiblemente, con la pérdida no solo de empleos y servicios, sino también de parte del patrimonio cultural y social de la región.

CAUSAS

Jordi Mora, presidente de la patronal Pimem, atribuye las causas de esta transformación a múltiples factores. "Difícilmente lo podemos atribuir a una única razón", explica. "Los hábitos de consumo están cambiando constantemente. Entre los años 80 y 90 la batalla era entre el pequeño comercio y las grandes superficies. Creo que este debate ya ha muerto. Estamos en el siglo XXI y tenemos el debate entre el comercio presencial y el comercio online, que a las grandes superficies también les hace daño", apunta Mora.

El líder patronal de la pequeña y mediana empresa de Mallorca considera que "el comercio debe hacer un esfuerzo importante para adaptarse y en esto es muy importante la experiencia de compra. El asesoramiento y el hacer disfrutar al consumidor que acude al pequeño comercio".

"Tenemos ejemplos de comercio tradicional que se ha pasado al online y está teniendo éxito. Esto es fantástico. Está claro que las grandes superfícies y el comercio electrónico han hecho daño, pero hay espacio para todos", explica Jordi Mora, quien además, apunta a otros factores clave que a menudo se silencian: "la falta de relevo generacional y por el fin de la renta antigua". Si no hay gente joven que quiera ponerse al frente cuando el empresario se jubila, o si hay subidas del alquiler que se consideran inasumibles, el negocio está condenado a desaparecer.

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