Con una amplia sonrisa en su rostro, Marcus Cooper Walz cumplió este viernes un sueño en la capital francesa y con la Torre Eiffel como testigo. "Tengo una mezcla de emociones. Llevo días con el gusanillo. Yo, que soy calmado, cuando todo el mundo me saca el tema, tengo una mezcla de emociones. Cuando te paras a pensar lo que significa, que representas a 383 deportistas, pero también a 48 millones de españoles, es emocionante", confesó poco antes de subirse en la embarcación.
Oro en Río 2016 en el K1 1.000 y plata en Tokio 2020 como integrante del K4 500, el criado en Cala d'Or se ha convertido en el segundo deportista balear en abanderar al equipo español en unos Juegos Olímpicos de Verano. El tenista manacorí Rafa Nadal fue el primero en 2016. Seis años antes, la palmesana Úrsula Pueyo portó la bandera española en la ceremonia inaugural de los Juegos Paralímpicos de Invierno en Vancouver y en 2008, Joan Llaneras hizo lo propio en la clausura de Pekín 2008.
MALLORQUINES EN EL SENA
Además de Cooper Walz, en la barcaza española se dejaron ver otros deportistas baleares como las jugadores de baloncesto Alba Torrens y Juana Camilión; el saltador Adrián Abadía, la regatista Paula Barceló e incluso el fisioterapueta Óscar Delgado. Otros, como las futbolistas Cata Coll, Patri Guijarro y Mariona Caldentey siguieron el acto por televisión desde su concentración en Nantes. El tenista Rafa Nadal, por su parte, lo hizo acompañado por su familia desde un balcón.
En otro sentido, destacar la presencia de Cheick Sallah Cissé como abanderado de Costa de Marfil. Y es que no hay que olvidar que el taekwondista entrena en el Club Élite Palma.
OCHO PAÍSES SIN MUJERES
Como es tradición, Grecia abrió el desfile, en este caso flotante, con Giannis Antetokounmpo como abanderado, en reconocimiento a la cuna del olimpismo. Luego, llegó el turno del Equipo Olímpico de Refugiados y después, por orden alfabético en francés, el resto de delegaciones, desde Afganistán a unos Estados Unidos que contaron con LeBron James como portador de su bandera. El equipo anfitrión, Francia, cerró el desfile de las 205 delegaciones.
Señalar que el equipo ruso, excluido de los Juegos por las sanciones derivadas de la guerra de Ucrania, excepto por una quincena deportistas individuales, no fue autorizado a desfilar.
Por otra parte, Belice, Guinea Bissau, Liechtenstein, Nauru, Yemen, Somalia, Santa Lucía e Irak no tuvieron una pareja de abanderados. Y es que estos ochos países no cuentan con ninguna participante femenina en los Juegos. Lo mismo para Islas Solomón, en este caso por falta de representante masculino.
ACTUACIONES MUSICALES
Además de una lluvia incesante una vez entrada la noche, la ceremonia inaugural contó con varias actuaciones musicales, sin olvidar el clásico 'Cancan' al más puro estilo Moulin Rouge. Una de las más destacadas, y comentadas, fue la de Lady Gaga interpretando "Mon truc en plumes", canción de Zizi Jeanmaire, en un escenario totalmente parisino.
También brilló la cantante, autora y compositora francesa de origen maliense Aya Nakamura, vestida completamente de dorado, además de una Axelle Sant-Cirel que entonó "La Marsellesa" mientras se recordaba a mujeres importantes de la historia francesa. Incluso, aparecieron 'Los Minions' en un divertido vídeo junto al cuadro de la Mona Lisa y el Dios griego Dioniso como queja de la guerra.
SORPRESA NADAL
Cuando restaban pocos minutos para las 22.30 horas, una jinete atravesó los seis kilómetros de río Sena a lomos de su caballo "metálico", un símbolo de la paz y de la solidaridad. A su llegada a la torre Eifel, arropada por las banderas de todos los países participantes y tras sonar el himno olímpico, llegó el momento del esperado encendido del pebetero. Entonces, apareció Zinedine Zidane portando una antorcha que pasó a Rafael Nadal.
Minutos más tarde, y a ritmo del "Supernation" del genio francés Cerrone, el manacorí se subió en una lancha junto a Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci para darle a la antorcha a Amélie Mauresmo. Luego, fue el turno de Tony Parker y tres atletas francesas paralímpicas, antes de los jugadores de balonmano Michaël Guigou y Allison Pineau. Finalmente, y tras varios relevos más, el honor de encender el fuego olímpico sobre un pebetero suspendido en el aire fue para las dos grandes leyendas del judo galo: Marie-Ève Gahié y Teddy Riner. Todo ello, mientras Celine Dion cantaba desde el primer piso de la Torre Eiffel.