En un comunicado este martes, la FTSP-USO Islas Baleares ha manifestado la "indefensión" que vienen padeciendo los vigilantes de seguridad en sus distintos puestos de trabajo y ha hecho referencia a un caso concreto de un vigilante en Son Espases, que fue agredido por varias personas.
Desde el sindicato han remarcado que este caso es "uno de muchos" y han señalado que los vigilantes de seguridad en cada intervención que realizan arriesgan su integridad física "simplemente por hacer su trabajo". "Dichas agresiones pasan inadvertidas pero son una realidad en nuestro sector y no deberían darse", han condenado, subrayando que las agresiones son de todo tipo, tanto verbales como físicas.
Según USO, la "indefensión jurídica" de estos trabajadores provoca las agresiones, así como la falta de medios y efectivos en la mayoría de casos. En esta línea, han lamentado que la seguridad privada "solo se contrate con un único criterio", el económico.
Con todo, han reprochado que el sector lleve más de diez años sin reglamento de seguridad "sin saber el por qué". Con todo, FTSP-USO ha instado al Gobierno a realizar un cambio normativo que "al menos" sancione "adecuadamente" las agresiones.
Agresión por parte de una familia de etnia gitana
Cabe recordar que el suceso tuvo lugar el pasado miércoles, 17 de julio, de por la noche tras fallecer un bebé de dos meses. El menor, el cual estaba ingresado en la UCI Pediátrica del citado centro hospitalario, falleció el miércoles, pese a que el personal médico hizo todo lo posible por salvarle la vida.
Cuando se lo fueron a comunicar a sus familiares (una treintena de personas de etnia gitana y residentes en Inca), éstos acusaron a los médicos de negligencia y la mayoría de ellos, unos 20, irrumpieron a la fuerza en la UCI.
Un vigilante de seguridad trató de impedir que no siguieran su recorrido por esta zona tan sensible del hospital de referencia de Baleares, pero los familiares le agredieron con puñetazos. En cuanto los trabajadores les informaron de que habían llamado a la Policía, éstos se asustaron y salieron corriendo de la UCI.
Hasta el centro hospitalario se desplazaron los antidisturbios de la Policía Nacional, pero, una vez en el lugar, los familiares violentos ya no se encontraban por la zona.
El malestar entre los trabajadores de Son Espases es mayúsculo e insisten en que no se puede permitir que un grupo de personas agresivas entren en una UCI, poniendo en peligro la vida de los pacientes que se encuentran en ella.
Ante esta situación, los médicos han decidido que cuando tengan que comunicar este tipo de noticias a personas de etnia gitana lo harán acompañados de policías.