A partir de ahora, la Unidad de Ictus dispone de ocho camas distribuidas en tres habitaciones dobles y dos individuales, ha informado este lunes el centro sanitario de referencia de las Islas Baleares.
Para atender estas dos nuevas camas, el hospital ha contratado a cinco enfermeras y tres técnicas en cuidados auxiliares de enfermería, y ha adquirido un sistema de monitorización para abordar la enfermedad.
El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres y la tercera entre los varones. Se estima que una de cada seis personas sufrirá un ictus en su vida.
En los últimos años ha aumentado tanto el número de códigos ictus como el de ingresos por múltiples factores, como el envejecimiento de la población, el peor control de los factores de riesgo, sobre todo a raíz de la pandemia de la Covid-19, pero también por una mejor detección y el incremento de tratamientos de reperfusión en fase aguda, derivados de las nuevas evidencias científicas que permiten ampliar la ventana terapéutica.
Aumenta un 40 por ciento los pacientes con ictus
En los últimos dos años, los profesionales de Neurología de Son Espases han atendido a un 40 por ciento más de pacientes diagnosticados de ictus. Así, en 2021 atendieron 618 sospechas, de las que se confirmaron 561. En 2023 se contabilizaron 917 sospechas y finalmente se confirmaron 804.
Una unidad de ictus es una unidad de pacientes semicríticos destinada a personas que han sufrido un ictus, y en la que los profesionales son expertos en enfermedades cerebrovasculares.
En estas unidades se realiza una monitorización no invasiva de los pacientes y se aplican los protocolos de cuidados generales y de tratamientos específicos. Los pacientes con ictus que ingresan en una unidad de ictus tienen mayor probabilidad de sobrevivir y de ser autónomos al año de haberlo sufrido.
Además, la atención a una unidad de ictus mejora también los indicadores de calidad asistencial: estancia media hospitalaria, reingresos hospitalarios, mortalidad y necesidad de institucionalización, reduciendo al mismo tiempo los costes económicos.
¿Cómo detectar un ictus?
La pérdida de fuerza en mitad del cuerpo, la pérdida de la visión de un ojo o la dificultad para hablar y comprender son los principales síntomas del ictus. Ante cualquiera de estos síntomas es importante llamar al 061, que está preparado para atender convenientemente estos casos y trasladar al paciente a un centro hospitalario.
Si se avisa con tiempo para aplicar un tratamiento fibrinolítico, se activa el código ictus, que permite poner en alerta no sólo a los profesionales del 061 sino también a los especialistas de urgencias del centro hospitalario, al neurólogo de guardia y a todos los profesionales que participan en el proceso de diagnóstico y tratamiento.
En el caso de un ictus isquémico, éste puede consistir en un tratamiento médico o fibrinolisis o bien en un tratamiento endovascular o trombectomía mecánica.
¿Qué hacer para evitar un ictus?
Aunque el ictus acontece de repente, en la mayoría de los casos hay unos factores de riesgo: la edad, el sexo y los antecedentes familiares son factores que no se pueden modificar, pero hay otros que se deben controlar y modificar para reducir el riesgo y prevenir el ictus, tales como mantener una dieta rica y saludable, baja en sal y en grasas.
Otros consejos son no fumar ni consumir drogas y no beber alcohol en exceso, a lo sumo una copa de vino todos los días. Es muy recomendable seguir una dieta sana y equilibrada: fruta, verdura, legumbres, pescado y aceite de oliva virgen, e ingerir cinco raciones de fruta y verdura todos los días.
Es muy bueno realizar ejercicio moderado, unos 30 minutos al día, controlar el sobrepeso, disminuir el estrés y planificar con el personal sanitario de Atención Primaria los controles de tensión arterial, colesterol y azúcar en sangre.
Si se tiene algún factor de riesgo, hay que seguir los consejos del médico y no olvidar tomar la medicación. Finamente, no debe olvidarse bajo ningún concepto tomar el anticoagulante si lo han recetado para una arritmia