Xander Schauffele, que en dos semanas defenderá el oro olímpico, atrapó con un portentoso domingo el Open Británico en Royal Troon (Escocia). Es el segundo grande de su carrera y el segundo que gana en 2024, después de ganar en mayo el PGA Championship.
Nadie, desde que lo hiciese en 1967 (Abierto de EEUU) y 1986 (Masters de Augusta) el mítico Nicklaus, ganaba un grande con últimas rondas de 65. Y Xander lo ha hecho por partida doble. Es evidente que el de San Diego es un magnífico jugador de grandes citas.
Con un nuevo trofeo en su equipaje pone rumbo a París dónde defenderá su oro olímpico. Si las dos primeras jornadas, con un tiempo infernal, ponían al irlandés Lowry como gran favorito, la tercera jornada abrió más el abanico de aspirantes. Desde un Horschel líder después de la tercera ronda, pasando por Rose, Brown, Lawrence, Henley, Scheffler, el propio Schauffele, incluso el español Rahm dispuesto a remontar seis golpes haciendo historia.
Pero, aunque el de Barrika salió encendido, tres birdies en tres hoyos, Xander fue el dominador de la jornada. Pues sí, Jon fue el animador. Salió un par de horas antes y cuando salieron los cuatro últimos jugadores ya estaba a solo dos golpes del líder, el estadounidense Billy Horschel.
Jon frenó sus ilusiones en el hoyo 11, el de la vía del tren. Jugó un driver en la salida y la bola comenzó a cerrarse. La bola aterrizó en los tojos, los arbustos más espesos. Tuvo que tirar una bola provisional, aunque terminó jugando la primera tras dropar fuera de la maleza. Cometió un buen bogey. La diferencia ya era de cuatro golpes con Rose, Horschel y Tristhon Lawrence, el sudafricano pegador que reclamaba minutos de gloria, y con sólo seis hoyos por delante para el español. Schauffele estaba aún a tres.
El viento cruzado molestaba algo en Royal Troon, escenario de victorias de leyendas como Arnold Palmer, Tom Watson o Mark Calcavavecchia. Con siete jugadores separados por un golpe, entre ellos Scheffler y Shane Lowry, este último disparado con cuatro birdies en ocho hoyos.
El sudafricano Lawrence se encaramó al liderato con sus cuatro birdies en los primeros nueve hoyos. Horschel hacia la goma alternando birdies y bogeys, mientras el putter de Scheffler, cuatro putts en el hoyo 9 y un doble bogey, lo fulminaron. Rose, muy bien los cuatro días, enarbolaba la bandera de Inglaterra.
Sin un Open Británico en el palmarés inglés desde 1992, Nick Faldo, a Justin se le estaba poniendo cara de campeón porque Schauffele aún no había abierto el tarro de las esencias. Pero falló en el hoyo 12 con un wedge muy pobre y se distanció aún más de Lawrence. Schauffele, muy tapado durante la semana, abrió gas en el momento oportuno.
Birdies al 11, 13, 14 y 16 y pasó como un cohete a Lawrence que se atascó en los segundos nueve. Rose, su compañero de partido, le escoltó en la foto como segundo empatado con Horschel, éste con tres birdies en los tres últimos hoyos.
Un campeón indiscutible y otro maravilloso British Open, con solo nueve jugadores bajo par. Nos esperan los Juegos OIímpicos.