El coronel Baños ha filtrado esta semana una lista de medios de comunicación que, presumiblemente, van a ser censurados por este gobierno. En concreto aparecen los siguientes: Distrito TV, DA TV, El Toro, La Gaceta, Intereconomia, El Debate, The Objective, Periodista Digital y Negocios TV.-
Esta es la respuesta del presidente Sánchez contra lo que él considera pseudomedios o maquinaria del fango. Este ataque se ha intensificado después de que un juzgado abriera una investigación penal sobre su esposa.
Esta medida es absurda por varios aspectos. Es otro intento de poner puertas al campo. Cerrar un medio no impedirá que el equipo que lo conforma cree otro medio con otro nombre o emita con el mismo nombre desde otro país.
Pero lo más absurdo es que un presidente que ha abrazado continuamente la mentira se erija como defensor de la verdad e intente cerrar medios que él considera que alientan noticias falsas.
La relación del presidente con la mentira viene de lejos: Ya coqueteó con ella en su época de estudiante: Su tesis doctoral estaba llena de plagios sin citar al autor original. Exageró su curriculum, calificando de Máster a cualquier programa que realizaba o se nombró jefe del Alto Comisionado de la ONU cuando había sido un miembro raso.
En su época de presidente, la lista de mentiras es interminable y todos le conocemos más de una. Algunos ejemplos que recordarán: No iba a pactar con Bildu o con partidos independentistas, ni con quien no le permitiera dormir por las noches (en referencia a Pablo Iglesias y Podemos). Prometió acabar con los indultos, no se sonrojó al culpar a Putin de la inflación y no a su endeudamiento desbocado, mientras no hizo nada por deflactar los impuestos y conseguir recaudación récord para Hacienda en 2022, empobreciendo a los españoles. Afirmó que existía un Comité de Expertos para abordar la desescalada durante la pandemia y tuvo que salir sin sonrojarse a confesar que nos había mentido. Afirmó que solo utiliza el Falcon para visitas oficiales mientras se le veía asistiendo a conciertos de música y ocultando 39 vuelos a República Dominicana, junto a su esposa.
Estarán de acuerdo en que si alguien miente se le debe calificar como mentiroso. Si un mentiroso hace una lista negra de medios que considera mentirosos, tienen muchos números de ser medios que dicen la verdad o que, como mínimo, son molestos para quienes defienden la mentira.
Mientras quieren cerrar unos medios de comunicación, riegan a los afines con subvenciones públicas, vulnerando el derecho a la libre competencia.
Esta semana la diputada por Podemos, Ione Belarra, ha estado muy acertada cuando ha afirmado en el Congreso de los Diputados que el verdadero problema del poder mediático en España son los dueños de los medios de comunicación que son los que tienen alianzas con el gobierno.
“Estos medios hacen que pase en España lo que ellos quieren que pase” dijo la diputada o “hay que conocer quienes financian los medios de comunicación y también qué patrimonio tienen los líderes de opinión”.
Belarra pone el ejemplo de Ana Rosa Quintana. Afirma que saber que esta líder de opiniión tiene 44 pisos turísticos es determinante para entender su obsesión para fomentar el bulo de la ocupación (sic).
Que un presidente que miente sea el garante de la verdad es como poner a un zorro a guardar las gallinas. No puede acabar bien.
Un personaje sin escrúpulos capaz de vender a su madre. Así es como lo definió el escritor Pérez Reverte. Tras haber renovado en la presidencia, tiene patente de corso para seguir mintiendo. Es el presidente que nos merecemos.
Se nos está quedando un país de pena con continuos recortes de libertades, con un presidente que abusa más que ninguno otro anterior en democracia de los decretos-ley para legislar a voluntad y evitar el debate parlamentario, con una población ahogada por una elevada carga impositiva mientras Hacienda recauda como nunca, con una inflación por las nubes debido al alto endeudamiento del gobierno, con cada vez más talento emigrando hacia otros países y ahora censurando a los medios de comunicación no afines. Orwell está más presente que nunca. Y no se oye clamor en las calles. Al contrario, le hemos vuelto a dar la presidencia otra legislatura.
Pero no pasa nada, somos campeones de Europa. Salgamos a festejarlo.