Así lo ha dado a conocer Funcas este martes en una rueda de prensa en la que ha presentado las previsiones económicas de las comunidades autónomas para este año 2024, estimando que la media del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional está en el 2,5%.
En el caso del archipiélago balear, es la Comunidad que presentará un mayor crecimiento del PIB en 2024, en concreto un 3,5%, y la única, junto a Canarias, que supera el umbral del 3%.
Según Funcas, el principal motor para la región será el dinamismo del turismo. Ya en 2023 este sector fue responsable del crecimiento del PIB del 4%, con una llegada de turistas que aumentó un 9,2% y se situó un 5,4% por encima del nivel de 2019.
También la construcción realizó una aportación significativa al crecimiento balear. El empleo en términos de la EPA crecería un 3,7%, dando lugar a un descenso de la tasa de desempleo hasta el 8,6%, significativamente por debajo de la media nacional.
DATOS A NIVEL NACIONAL
De acuerdo con estas previsiones, hay dos comunidades que se sitúan en paralelo a la media nacional del 2,5%. Estas son Cataluña y Aragón. Por su parte, Andalucía, Galicia y Comunidad Valenciana tendrán un crecimiento del 2,4%, según Funcas.
Y también por debajo de la media se sitúan Navarra, País Vasco Castilla y León (2,3%); Cantabria (2,2%); Extremadura, Castilla-La Mancha (2,1%); Murcia (2%); La Rioja y Asturias (1,9%).
Como ha explicado el director general de Funcas, Carlos Ocaña, estas previsiones "son consistentes con la senda de crecimiento sostenido de la economía española, liderado por los sectores exportadores y los servicios de mercado".
Algunas de las comunidades con un PIB per cápita inferior a la media se encuentran entre las que más han progresado, como es el caso de Andalucía, Asturias, Castilla y León y Galicia. Otras, sin embargo, como Canarias, Comunitat Valenciana y Murcia, apenas se han acercado a la media nacional en PIB per cápita, "por el golpe del turismo sufrido durante la pandemia".
"La convergencia se produce en general como consecuencia de incorporar más fuerza laboral (elevando la tasa de ocupación) y no por un aumento de la productividad en las regiones más rezagadas", ha declarado el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres.
Desde el comienzo del episodio inflacionario en enero de 2021 hasta junio de este año, el IPC se ha incrementado un 19,1%. Sin embargo, este aumento del nivel general de precios ha sido desigual por CCAA.
En Castilla-La-Mancha, Galicia y Castilla y León, la subida del IPC supera el 20% mientras que en Madrid y Cataluña no llega al 18,5%. La subida del coste del transporte ha podido incidir con más intensidad en la cesta de la compra de las comunidades con más dispersión de población que en los territorios caracterizados por una alta concentración urbana.
En estos últimos, además, las condiciones de competencia han podido amortiguar el traslado del shock de costes a los precios finales. El efecto composición del IPC, con distintas ponderaciones de los bienes y servicios en las CCAA, parece haber sido limitado en general.
En todo caso, los diferenciales de IPC no se corresponden con la evolución de los salarios, que parecen haber crecido de manera más uniforme, de lo que se deducir que el poder adquisitivo de los consumidores no se ha resentido por igual en las diferentes regiones.
TASAS DE PARO
Desde principios de 2021 hasta junio de este año, la afiliación se ha incrementado un 13,6%, y el número de ocupados en términos de EPA un 10,4% (comparando, en este último caso, los primeros trimestres de 2024 y 2021).
Este buen comportamiento del mercado laboral se percibe, en mayor o menor medida, en todo el país. Todo ello ha permitido que la tasa de paro en términos de EPA se sitúe por debajo de los niveles anteriores a la pandemia en todas las comunidades (salvo Navarra, donde ya era relativamente bajo, con una comparación del primer trimestre de 2024 con el mismo periodo de 2019).
En 2023, la tasa de paro había descendido del doble dígito en ocho comunidades y la previsión para 2024 es que lo haga en 10: Aragón, País Vasco, Cantabria, La Rioja, Baleares, Cataluña, Galicia, Castilla y León, Madrid y Navarra.
Por otra parte, el paro ha tendido a reducirse de manera más acusada en las comunidades con más desempleo, como Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura, apuntando a un proceso de convergencia territorial en términos de empleo.