La empresa, tras las informaciones publicadas por mallorcadiario.com, ha solicitado incorporar nuevos equipos y modificar algunos existentes, “con el objetivo de fabricar suelos estabilizados, morteros secos y hormigones preparados en la propia cantera”, algo que la empresa viene haciendo desde noviembre del año pasado, con la connivencia del departamento del conseller Alejandro Sáenz de San Pedro, que en todo momento defendió que la cantera contaba con autorización para la instalación de los equipos necesarios, aunque negó que se fabricase hormigón.
Sáenz de San Pedro, en respuesta a una pregunta parlamentaria presentada por el diputado Ferran Rosa (Més per Mallorca), llegó al punto de negar tajantemente la existencia misma de la fábrica de hormigón en Son Bugadellas. “No existe ninguna planta de hormigón, como han podido comprobar los técnicos en sus visitas”, afirmó el conseller. Se trata de la planta cuyo proyecto ahora se pretende legalizar. El plazo para presentar alegaciones finaliza el próximo 26 de julio.
A la vista de las numerosas evidencias de la fabricación y distribución de hormigón fresco a diferentes obras en ejecución en el municipio de Calvià, Més per Mallorca reclamó las actas de inspección del Servicio de Minas. Dichas actas constataron las sospechas de los inspectores al detectar agua en la zona de carga y dentro de una hormigonera.
Además, según publicó este digital, la empresa Formiroc mencionaba en sus albaranes de entrega del hormigón, que se había producido en la “Planta Santa Ponsa” con sede en la cantera de Son Bugadellas; una planta que según el conseller del ramo, nunca ha existido.
Se da la circunstancia de que, además, consta en dichos albaranes las especificaciones técnicas del cemento usado, así como la relación máxima agua/cemento que la empresa dice que no lleva, pues sostuvo falsamente ante los inspectores de la Conselleria que los camiones hormigonera salían cargados con cemento y áridos, pero sin agua.
MODIFICACIÓN SUSTANCIAL
La empresa admite que para fabricar hormigón preparado, se requiere de un estudio de impacto ambiental ya que se trata de una modificación sustancial de la autorización con la que cuenta la cantera. Sin embargo, como ya se ha dicho, hace meses que en aquella instalación se fabrica hormigón, sin que se haya solicitado ni obtenido los permisos requeridos.
Siendo el consumo de agua un factor determinante en una instalación industrial de estas características, situada en un Área Natural de Especial Interés (ANEI), en el proyecto sacado a exposición pública, la empresa defiende que el consumo global de agua utilizada para la producción total de todas las plantas de hormigón de la zona “no va a incrementarse” y que en la producción “que se proyecta en esta planta supondrá una significativa reducción en el consumo de agua, gracias a la implementación de un sistema integral de recuperación y recirculación de agua al proceso productivo que garantiza un uso eficiente y elimina cualquier tipo de desperdicio”. Nada dice de cómo lo han venido haciendo hasta ahora.
AGUA
El proyecto asegura que la producción máxima de hormigón de la instalación es de 80 metros cúbicos en producción continua, con una producción anual prevista de 30.000 metros cúbicos. Y también que el agua se adquirirá de proveedor autorizado cercano. Nada dice de cómo se ha hecho hasta el momento. Además, admite que con la producción prevista, el consumo de agua por metro cúbico de hormigón es de 150 litros, lo que significa un consumo anual de 4.500 metros cúbicos.
Igualmente resulta incomprensible que la Conselleria de Empleo, Ocupación y Energía, saque a exposición pública un proyecto industrial en zona ANEI que, según fuentes consultadas, no puede ser autorizado al prohibirlo la Ley 1/1991, de 30 de enero, de Espacios Naturales y de Régimen Urbanístico de las Áreas de Especial Protección de las Islas Baleares.
Dichas fuentes destacan que el Servicio de Minas debería proceder a clausurar de forma inmediata la explotación minera de Son Bugadellas en la que se lleva a cabo la fabricación de hormigón sin la correspondiente autorización, algo que, hasta ahora y de forma incomprensible, ha eludido hacer.