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Rebajar la tensión política es responsabilidad de todos

martes 16 de julio de 2024, 00:00h

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El atentado sufrido por el expresidente de los Estados Unidos y candidato republicano a las elecciones presidenciales a celebrar el próximo 5 de noviembre, Donald Trump, constituye un ataque intolerable contra el sistema de libertades y el Estado de derecho. Se trata de un acto de violencia política, que no sólo amenaza la integridad física de una figura pública, sino que socava los fundamentos mismos de la democracia. Afortunadamente, Trump salió indemne de este intento de magnicidio, pero el incidente debe servir como una advertencia sobre los peligros de la escalada de la violencia en el discurso político.

El presidente Joe Biden, desde el Despacho Oval, ha instado a "bajar la temperatura" del debate político, subrayando la necesidad de un discurso más respetuoso y menos agresivo. Esta apelación es pertinente, aunque no únicamente para Estados Unidos, sino también en España, donde la crispación política también se ha intensificado en los últimos tiempos. La proliferación de insultos y descalificaciones gratuitas en el ámbito político español ha degradado el nivel del debate público, creando un ambiente de hostilidad que puede favorecer actos de violencia.

Trump salió indemne de este intento de magnicidio, pero el incidente debe servir como una advertencia sobre los peligros de la escalada de la violencia en el discurso político

El uso de un lenguaje deshumanizador y ofensivo contra los adversarios políticos es una práctica que debe ser erradicada. La deshumanización del adversario facilita la justificación de la violencia, ya que reduce al oponente a un enemigo carente de humanidad. Este tipo de retórica no solo es moralmente reprobable, sino que también es peligrosa, como lo demuestra el atentado contra Trump.

Pero además debe evitarse la utilización de las salas de prensa gubernamentales para atacar a los partidos de la oposición, como a menudo sucede desde La Moncloa, tras la reunión del Consejo de Ministros. Es inadmisible esta falta de decoro institucional para lanzar consignas partidistas desde el Poder Ejecutivo.

Los líderes políticos tienen la responsabilidad de promover un diálogo basado en el respeto mutuo y la empatía. La crítica política es esencial para el funcionamiento de la democracia, pero debe realizarse desde una perspectiva constructiva y fundamentada, evitando los ataques personales y las generalizaciones destructivas. Asimismo, los medios de comunicación y la sociedad civil deben desempeñar un papel activo en la promoción de un discurso público sano y democrático.

El atentado contra Donald Trump debe servir para rebajar el tono del enfrentamiento político y evitar a toda costa la violencia política, promoviendo el respeto y rechazando los insultos y descalificaciones gratuitas. Solo así podremos salvaguardar nuestras democracias y fomentar una convivencia pacífica y respetuosa.