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Vox huye de las instituciones

sábado 13 de julio de 2024, 00:00h

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La salida de Vox de los gobiernos autonómicos que durante un año ha compartido con el Partido Popular y, en el caso de Baleares, la retirada de su apoyo parlamentario señala un arriesgado cambio en la estrategia del partido liderado por Santiago Abascal. El movimiento no parece en absoluto accidental -con el reparto de los inmigrantes menores como débil excusa-, sino una decisión premeditada que refleja una nueva fase política para Vox, difícil de justificar en términos políticos y prácticos.

Hace apenas una semana, Vox abandonó el grupo político europeo liderado por Giorgia Meloni para unirse al de Viktor Orbán, conocido por sus tendencias euroescépticas y su sorprendente alineación con Vladimir Putin. Casi en paralelo, su reciente chantaje al PP, criticando un acuerdo migratorio esencial para apoyar a Canarias en la acogida de menores inmigrantes, resultó desconcertante y sólo es comprensible si se relaciona esta decisión con el nacimiento de la plataforma de Alvise Pérez y la sangría de votos que ha supuesto para los de Abascal en las recientes elecciones europeas.

Con esta estrategia desesperada, que muestra más debilidad que fortaleza, Vox ha demostrado una falta de templanza y la madurez necesaria para ser un actor protagonista en la política institucional, mostrando que no es un socio fiable para ejercer responsabilidades de gobierno.

En Baleares, el nuevo escenario tiene visos de alivio para Marga Prohens, quien ya se adelantó a afirmar que, a partir de ahora, sólo se sentirá comprometida con el programa que el PP llevó a las elecciones hace poco más de un año

El nuevo panorama demuestra, por un lado, hasta qué punto el PP ha sido consecuente al no ceder a las coacciones de Vox a la vez que observa cómo ahora puede aspirar a crecer electoralmente por el centro. Por otro lado, la situación abre una nueva etapa en la que el PSOE de Pedro Sánchez también tendrá que reorientar su discurso, siendo improbable -en todo caso- que actúe con la responsabilidad política de ofrecer apoyos y pactos allí donde los de Feijóo se han quedado en minoría.

En el caso de Baleares, el nuevo escenario tiene visos de alivio para el ejecutivo que preside Marga Prohens, quien ya se adelantó este viernes a afirmar que, a partir de ahora, sólo se sentirá comprometida con el programa que el PP llevó a las elecciones hace poco más de un año.

Con su movimiento, Vox ha evidenciado una radicalidad que los hechos por venir demostrarán hasta qué punto le aleja de base social y compromete su viabilidad futura. De hecho, no sería el primer partido de los surgidos en la última década que desaparece o se convierte en irrelevante.