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¿Las vacaciones reales siguen interesando a Mallorca?

Por Virginia Galiano
miércoles 03 de julio de 2024, 08:32h

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Atrás quedaron esos largos veranos en los que la Familia Real al completo descansaba en el Palacio de Marivent y se podía ver a sus miembros, desde julio hasta finales de agosto e incluso septiembre, disfrutando de la isla. Momentos que acaparaban las portadas de las revistas de sociedad y también de la prensa generalista y que ponían a Mallorca en el centro del titular de la prensa nacional e internacional. Desde que Juan Carlos y Sofía, los eméritos, decidieron instalar en la isla su residencia estival, la promoción de Mallorca se disparó a todos los niveles y la isla se convirtió en la gema de la corona que todos querían visitar. Las imágenes de la familia disfrutando del sol, el mar y las actividades locales forman parte del imaginario colectivo de los españoles.

Algunos críticos argumentan que las vacaciones reales en Mallorca suponen un gasto innecesario para el erario público y que los fondos utilizados para la seguridad, por ejemplo, podrían destinarse a otras áreas más prioritarias. Además, en un país con desigualdades sociales y económicas, y donde muchas familias no se las pueden permitir, la ostentación de unas vacaciones en un palacio puede ser vista como un símbolo de los privilegios inherentes a la monarquía.

Actualmente, las vacaciones reales en Mallorca se limitan a una semana, si llega. Pero ¿sigue interesando esta visita real a una Mallorca que no necesita más promoción ni más visitantes?.

El Consell de Mallorca ha presentado recientemente el Compromiso por un Turismo Responsable, Pledge. El objetivo de la institución insular es mantener la esencia, la identidad y la imagen de Mallorca, poniendo el foco en la protección, la regeneración, y la preservación. El Pledge pone en valor el trabajo por la circularidad para integrar a residentes y visitantes con el objetivo de lograr un equilibrio entre el entorno y los viajeros.

Evidentemente aunque la visita de los Reyes sea cada vez más breve, su presencia se traduce en publicidad para la isla y más cobertura mediática. Son una poderosa herramienta de promoción que durante décadas ha suscitado las envidias de otros destinos turísticos del país.

Sin duda, los Reyes, durante los pocos días que pasan en la isla cumplen con muchos de los pilares que conforman dicho compromiso por un turismo responsable. Les hemos visto ayudar a fomentar la economía local luciendo y promocionando prendas típicas confeccionadas en las islas como las telas de llengües, les avarques o las joyas de artesanos locales. Su apuesta por la gastronomía local también está clara. Los chefs mallorquines son los encargados de elaborar todos los años el coctel que se sirve en la tradicional recepción estival, antes en la Almudaina y ahora en Marivent. Es fácil verles también degustando una ensaimada o algún postre típico. En los últimos años, eligen para el posado real, enclaves culturales e históricos de la isla como Raixa, el tren de Sóller o Petra. Y como no citar, la suelta de tortugas en Cabrera que durante años ha encabezado la Reina Sofía.

La relevancia de estas vacaciones y su impacto en la opinión pública dependen de cómo la Familia Real maneje su imagen y sus acciones. Felipe y Letizia pueden seguir siendo un altavoz importante para comunicar ese compromiso por un turismo sostenible y responsable que ahora , más que nunca, le interesa promocionar y promover a Mallorca.
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