La crónica insuficiencia de efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Baleares, se ha agudizado en los últimos años debido a las graves dificultades de acceso a la vivienda y a la ridícula compensación que estos trabajadores públicos perciben como plus de insularidad.
La situación es preocupante, ya que la falta de agentes no sólo afecta la capacidad de respuesta ante los requerimientos de la ciudadanía, sino que también incrementa la sensación de inseguridad entre la población residente y los visitantes.
No obstante, en lugar de apresurarse a crear una nueva policía autonómica como plantea Més per Mallorca, quizás sería más eficaz analizar otras alternativas que podrían resultar más viables y menos costosas a corto plazo.
La creación de una nueva policía autonómica, como la que tienen únicamente cuatro Comunidades Autónomas (País Vasco, Cataluña, Navarra y Canarias) implica un enorme coste económico y una implementación prolongada. No se trata de coser y cantar. Establecer una fuerza policial completamente funcional podría tardar años y requeriría una inversión considerable en infraestructuras, medios, personal y formación.
Además, la existencia de múltiples cuerpos policiales podría generar más duplicidad de funciones y nuevos conflictos de competencia, complicando aún más la coordinación y efectividad de los servicios de seguridad.
Una alternativa más práctica sería seguir el modelo de las unidades adscritas, como ya sucede en otras comunidades autónomas como la Comunidad Valenciana, Galicia, Andalucía, Aragón o la Comunidad de Madrid. Este sistema permitiría que efectivos de la Policía Nacional trabajen bajo la dirección del Govern, sin necesidad de crear una nueva estructura policial. Esta solución podría implementarse de manera más rápida y económica, y ofrecería una mayor flexibilidad en la asignación de recursos.
La prioridad debe ser asegurar que Baleares cuente con los recursos públicos necesarios para garantizar la seguridad ciudadana. Convencer al Gobierno central de PSOE y Sumar de asignar más efectivos a Baleares mediante una unidad adscrita podría ser la solución más eficiente y pragmática. Así, se respondería a las necesidades inmediatas de seguridad sin incurrir en los altos costes y complejidades asociadas con la creación de una nueva policía autonómica.
Y además, se trata de algo que fácilmente podría conseguir Més per Mallorca a través de su diputado en el Congreso, Vicenç Vidal, integrado en el Grupo Parlamentario Sumar, cuyo voto es crucial para cualquier pretensión del Gobierno pero que, hasta ahora, no se ha hecho valer en lo más mínimo, regalando su voto sin recibir ninguna contraprestación.
Quizá ha llegado la hora de que los ecosoberanistas tomen el toro por los cuernos y demuestren lo que pueden hacer por sí mismos en beneficio del autogobierno de Baleares, en lugar de poner deberes a los demás.