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Vivienda digna y masificación turística

lunes 27 de mayo de 2024, 00:00h

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Miles de personas se manifestaron este sábado en Palma por el derecho a acceder a una vivienda digna y en contra de la masificación turística que sufren las islas. Entre los asistentes estaban muchos de los protagonistas clásicos de este tipo de manifestaciones contra el turismo –ecologistas, Stei, sindicatos, plataformas...– pero había muchos otros ciudadanos que acudieron a la cita movilizados por el hartazgo que supone la falta de vivienda en las Islas y la insuficiencia de infraestructuras que han de soportar los residentes de forma cotidiana.

Así, a los comportamientos turismofóbicos esperables en una cita de estas características –carteles de "guiris go home" o insultos a los turistas que observaban la marcha– se sumaron otros muchos que dejaban patente su preocupación por el que, probablemente, es el principal problema de Baleares: la dificultad para acceder a la compra o al alquiler de una vivienda para aquellos que viven y trabajan en las Islas.

Baleares no puede dar la espalda al turismo por una cuestión de mera subsistencia, pero su explotación debe ir acorde con el desarrollo de unos equipamientos que satisfagan las necesidades de todos, turistas y residentes. Infraestructuras como carreteras o depuración de aguas han estado olvidadas durante años –colaborando a la sensación de masificación–, mientras que la vivienda se ha convertido en una asignatura pendiente cuyo abaratamiento únicamente pasa por lograr que haya más inmuebles en el mercado, tanto para alquilar como para comprar.

Que el alquiler vacacional se haya disparado de forma exponencial en los últimos años no es ajeno al fenómeno del encarecimiento de la vivienda y al consiguiente obstáculo para acceder a pisos y casas de una forma no traumática para la mayor parte de las economías locales. Hay que actuar, primero contra la notable oferta ilegal de este segmento turístico y ordenar el resto. Para ello, el Govern ya ha pedido ayuda a la Administración central, mientras los consells insulares cruzan datos con Hacienda para identificar infractores.

Todas las acciones enfocadas a este fin son plausibles, pero hará falta una mayor determinación para satisfacer las demandas de una población que, al margen de unos pocos radicales, reclama alternativas a problemas cotidianos y pide soluciones a cuestiones tan básicas como desplazarse sin problemas o poder acceder a una vivienda.