Tarde o temprano tenía que empezar el show y Colombia lo ha hecho a bombo y platillo aprovechando que el Descolonizador abrió la bocaza en mala hora, sin saber donde se metía ni para qué. Otro marrón en el que nos mete el intrépido ministro sin que todavía se sepa muy bien que pretende con sus soflamas pintureras y sin medir las consecuencias de sus bravatas doctrinales.
Ya aviso que el Gobierno de España no va a tener el cuajo de aguantar el envite colombiano, que según los maledicentes del ramo, pasa también por forzar la decisión del país caribeño en sus trapicheos legales con el Galeón San José. Lo que se dice, un dos por uno.
Otros aseguran que la reclamación del gobierno de Petro en nombre de los pueblos indígenas, es una respuesta de postureo a las declaraciones de los Tatas de las naciones indígenas que Pecados del Arte publicó hace unos días en exclusiva y de cómo los gobiernos español y colombiano han ignorado las repetidas solicitudes de exponer su opinión y postura respecto al expolio del Galeón San José. Ya que puestos a reivindicar cultura e historia, los indígenas también tienen sus derechos, a pesar de los intentos de su exterminio por parte de algunos gobiernos criollos iberoaméricanos, desde su independencia de España.
Muchos otros, aseguran simplemente que el gobierno español no tiene putaidea de negociar estas cosas y va a provocar una barralibre en el tema de expolios submarinos y de reclamaciones museísticas propiciadas en esta incompetencia burocrática cultural impregnada de recurrentes postulados políticos.
Los colombianos acostumbrados a negociar con narcos, contras y guerrilleros están más versados en este tipo de negociaciones y los españoles deberíamos saber con quien nos sentamos a la mesa, y para ellos esta reclamación va a ser un paseo triunfal.
Luego está la opinión pública. Colombia ha cogido carrerilla desde 2017 con el asunto de nuestro Tesoro Quimbaya y ahora veremos cuanto tardan los medios internacionales en volver a sacudir la recurrente Leyenda Negra y nos vamos a enterar de lo que vale un peine. O a lo mejor con un poco de suerte todavía se ignorará la noticia y pasará como una trifulca entre países bananeros.
Es posible que los maletines corran por las redacciones y más de un redactor de arte se pase las próximas vacaciones gratis en la isla de Tintipan con la nariz empolvada.
Conociendo la condescendencia británica, es posible que incluso quieran darnos clases de cómo torear este tipo de reclamaciones y es probable que nuestro Intrépido ministro acabe con el apodo de el Niño de los Quimbayas. En mi opinión nuestro Descolonizador debería ponerse una corbata y reunirse con el director del British para saber como proceder en estos casos. Y no porque nuestro Tesoro Quimbayas sea un expolio, que no lo es, sino por lo creativos que son los ingleses dando largas y manteniendo la dignidad y la autoridad moral, respecto a su Patrimonio.
Porque la verdadera cuestión es saber que va ha hacer el Garçon del Lycée Française (otro apodo posible si hablamos de Nimes) ¿Claudicará a Petro? ¿Aceptará el trato Galeón San José por Tesoro Quimbaya?¿Desvalijará el patrimonio español al primer ganso que lo reclame? Aviso que los holandeses también están muy “pendientes” y hace unos años “enseñaron la patita” con los cuadros del Bosco.
Sigo a la espera con ingenua ilusión de la contestación a la carta colombiana por parte del Gobierno de España, como la respuesta a la carta que le envíe a Brook Shields declarando mi amor incondicional en 1981 después de ver el Lago Azul.
Supongo que el Niño de los Quimbayas se ha tomado unos días Begoños de reflexión.
Jorge Llopis, pecadosdelarte.com