El Hospital Son Llàtzer en Palma, Mallorca, inaugurado en 2001, ha experimentado un deterioro significativo en sus áreas exteriores. Los aparcamientos y aceras presentan grietas y levantamientos debido a las raíces de los árboles, lo que representa un peligro para peatones y vehículos. Además, la falta de plazas de aparcamiento suficientes ha generado problemas de congestión y dificulta el acceso de vehículos de emergencia.
El Hospital Son Llàtzer, inaugurado en diciembre de 2001 por el entonces presidente del Govern, Francesc Antich, como el segundo gran hospital de Palma, supuso una auténtica revolución en la atención médica hospitalaria en Mallorca, teniendo en cuenta que en la capital, únicamente existía el Hospital de Son Dureta.
Has pasado 22 años y si bien el interior del centro se mantiene en buen estado y bien cuidado, los exteriores presentan zonas muy deterioradas. Los aparcamientos y aceras exteriores del hospital han sufrido un deterioro considerable a lo largo de los años. Los desperfectos causados por las raíces de los árboles han provocado grietas y levantamientos en las superficies, creando condiciones peligrosas para peatones y vehículos por igual. Esta situación representa no solo un problema estético, sino también una preocupación por la seguridad de los pacientes, visitantes y personal del hospital.
Además de los daños causados por las raíces de los árboles, otro problema importante es la insuficiencia de plazas de aparcamiento. Con el creciente flujo de personas que acuden al hospital, las plazas de estacionamiento existentes se han vuelto claramente insuficientes para satisfacer la demanda. Esto no solo causa inconvenientes para quienes buscan estacionar, sino que también puede generar congestión en las calles circundantes, dificultando el acceso de ambulancias y otros vehículos de emergencia.