Este 9 de mayo celebramos el Día de Europa a un mes de las elecciones europeas en el que los ciudadanos de los veintisiete estados miembros acudirán a las urnas para elegir a sus representes en el Parlamento Europeo. La Eurocámara es el corazón de la democracia europea, la única institución elegida directamente por los ciudadanos y especialmente comprometida con la promoción y la garantía de la democracia.
El Día de Europa conmemoramos el aniversario de la famosa Declaración Schuman que puso en marcha la construcción europea. El sueño de estos visionarios era el de construir una Europa unida en torno a un proyecto común y de integración que acabara con el nacionalismo y garantizara la paz, la unidad, la libertad, la justicia y la solidaridad en el viejo continente. Hoy, setenta y cuatro años después, debemos mantener su esencia.
El 9 de mayo, es un día para celebrar nuestra ciudadanía europea y reafirmar nuestro compromiso con el proyecto europeo. Proyecto en construcción que debe avanzar hacia una verdadera unión política con la que soñó uno de sus padres fundadores, el Ministro francés Robert Schuman e incluso el gran poeta y dramaturgo Víctor Hugo ya en el siglo XIX.
Si algo tenemos claro es que Europa es la cuna de la democracia liberal edificada sobre los valores de la libertad, la igualdad, la democracia y el estado de derecho. Principios que inspiraron el espíritu fundacional de la Unión Europea. Sin embargo, en el contexto actual, los valores europeos se encuentran amenazados por la propaganda, el populismo y el nacionalismo de todo pelaje y condición. En un momento como el que vivimos, necesitamos, más que nunca, reformar e impulsar el proyecto europeo para conseguir avanzar hacia una Unión Europea más fuerte, más justa y unida, y también más útil.
Estos días leía que el proyecto europeo es imperfecto. Por supuesto que sí. Y es reversible, como se demostró con el Brexit. Pero si algo debemos tener muy claro es que la Unión Europea es imprescindible. Porque ni el populismo, ni el intervencionismo, ni el nacionalismo son la solución a los desafíos de la Europa del siglo XXI. Es una completa irresponsabilidad volver a poner en duda el futuro el proyecto europeo.
Es cierto, que hay mucho por reformar, pero siempre en el sentido de más y mejor Europa y no de involucionar en la construcción europea en favor de más soberanía nacional, como están deseando los populistas de ambos extremos ideológicos. Europa se enfrenta a nuevos retos porque los paradigmas han cambiado. Me preocupa especialmente que la brecha industrial y comercial con USA y China y el riesgo de que Europa se quede atrás. Debemos apostar para que Europa sea una potencia en investigación y en innovación. Y esto solo se conseguirá con más soberanía europea, con más inversión y menos sobrerregulación. Y no podemos ni debemos obviar que el gran reto de Europa es el de nuestra Seguridad. Urge mejorar la protección de nuestras fronteras exteriores y avanzar hacia una política de defensa común europea dentro de la OTAN. ¿Quién iba a pensar una respuesta unitaria y desde el primer día ante la invasión rusa en Ucrania?. Pues lo hicimos.
A la pregunta que suelen hacerme, ¿por qué y para qué vas votar en las próximas elecciones europeas?. Yo lo tengo muy claro. Por una Unión Europea con más competencias, más unida, más fuerte, más democrática y más justa que garantice nuestro estado de derecho y acabe con la lacra de los populismos, nacionalismos excluyentes y los movimientos eurófobos que amenazan el proyecto europeo y nuestras democracias liberales. Porque el futuro de Europa y el de España son inseparables.