La explotación sexual infantil online se ha convertido en una de las caras más oscuras de la red. Una realidad que afecta a miles de niños, niñas y adolescentes, quienes son engañados, manipulados y victimizados.
Tras las pantallas se esconden depredadores que engañan a sus víctimas a cambio de contenido sexual y que lo hacen circular en internet cometiendo un delito que viola la inocencia de los menores y constituye una grave infracción contra la dignidad y los derechos humanos.
Desde la pandemia, se ha presenciado un crecimiento alarmante de este fenómeno en proceso de investigación, complejo, donde el abuso se entrelaza con la comercialización de material ilegal.
¿Conocemos los indicadores de alerta? ¿Sabemos cómo actuar y ayudar a los menores?
Como sociedad, es nuestra responsabilidad educar, proteger y prevenir a los más vulnerables y asegurarnos de que el mundo virtual sea un espacio seguro para ellos.
Jacqueline Casaleiro (Terrassa)