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Aena debe rendir cuentas de lo que sucede en el Aeropuerto de Palma

viernes 26 de abril de 2024, 00:00h

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El reciente incidente en el Aeropuerto de Son Sant Joan, donde una pasajera terminó ingresada en la UCI después de beber unos sorbos de café contaminado con insectos que había adquirido en una máquina expendedora, es una llamada de atención urgente sobre la necesidad de responsabilidad y transparencia por parte de Aena, el gestor aeroportuario español.

Este grave y lamentable suceso plantea a los usuarios del aeródromo, la principal puerta de entrada y de salida de viajeros a la isla, serias preocupaciones sobre la seguridad y la higiene en las instalaciones aeroportuarias. Y aún más grave que el incidente en sí es la alarmante falta de rendición de cuentas por parte de los directivos del aeropuerto y máximos responsables de lo que sucede allí.

Aena debe llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente para determinar cómo ocurrió este incidente y quién es el responsable. La opacidad sólo aumentará la desconfianza del público, enormemente elevada por más que la dirección de esta crucial infraestructura se empeñe en transmitir que los pasajeros están encantados y que manifiestan su satisfacción en las encuestas de la propia Aena.

La gestión del aeropuerto es manifiestamente mejorable, comenzando por el colapso en los filtros de seguridad que se han vivido en jornadas pasadas, sin que nadie haya ofrecido explicaciones ni mucho menos pedido disculpas. También hay quejas por la reforma en los estacionamientos de autocares y VTC. También en el desarrollo de las obras en los aparcamientos y también con la inexplicable supresión de cintas transportadoras, que obligan a caminar distancias kilométricas dentro del recinto. Son Sant Joan no puede ser un “puerto franco” donde no impera más norma que el capricho de Aena y, con él, el maltrato y el desprecio a los usuarios.

En cuanto al incidente con el café contaminado, se deben implementar medidas correctivas inmediatas para garantizar la seguridad alimentaria en el aeropuerto y prevenir que situaciones similares vuelvan a ocurrir. Esto incluye una inspección exhaustiva de todas las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas en el aeropuerto.

Aena debe rendir cuentas por este incidente y garantizar que se toman medidas para evitar futuras negligencias. Y, supuesto, debe asumir su responsabilidad en la protección de la salud y seguridad de los pasajeros.

Aena debe comprometerse a establecer y mantener los más altos estándares en todas sus operaciones para proteger la salud y el bienestar de los pasajeros y el personal. El público merece una explicación clara sobre lo sucedido y acciones concretas para evitar que ocurran incidentes similares en el futuro.