Cuando falta poco para que se cumplan dos años desde que Yolanda Díaz anunciase el inicio del "proceso de escucha" que debía poner en marcha su proyecto político, Sumar celebró este fin de semana la asamblea fundacional que dio luz verde a la estructura política y organizativa de la formación y lo hizo con el respaldo a la figura de Díaz, cuya candidatura se impuso a la lista alternativa procedente de Baleares, encabezada por Concepción Matarín.
El respaldo a la actual vicepresidenta segunda del Gobierno, sin embargo, adolece de una extrema debilidad, más allá de la estadística que indica que el 81,5 de los votantes en la asamblea apoyaron su candidatura. Este porcentaje apenas representa a poco más de 6.600 de los 70.000 inscritos, lo que evidencia el escaso refrendo que obtuvo Yolanda Díaz este sábado.
Desde Podemos -antiguo cobijo de Díaz- se han apresurado a señalar que a Ione Belarra, actual líder de los morados, "la eligieron 45.753 personas de un total de 53.443 votos emitidos" apuntando a que los resultados de Yolanda Díaz ponen en evidencia "por qué Sumar jamás aceptó primarias".
Díaz emprende así una nueva etapa de gran fragilidad que, además, llega marcada por otras dos circunstancias. Por un lado, el fiasco de los socios de Sumar en Cataluña -los Comuns-, que han provocado un adelanto electoral que el PSOE no tenía en el guión, por lo que los de Pedro Sánchez apuntan a la incapacidad de Yolanda Díaz para controlar su propio entorno. Por otro lado, el aplazamiento de la implantación territorial del propio Sumar con el que consolidar una relación con los partidos que acompañaron a Yolanda Díaz en las elecciones generales del 23J.
Ante este complejo puzzle, formaciones como Más Madrid o IU de Andalucía ya han protagonizado algún choque con las pretensiones de Díaz, mientras que Compromís, la Chunta o Més -que también se integraron en la candidatura de Sumar en julio- se han apresurado a declinar su participación orgánica en la formación de la vicepresidenta y a rechazar la implantación de Sumar en sus territorios.
El frágil apoyo surgido tras la asamblea fundacional enfrenta ahora a Yolanda Díaz a un escenario incierto en el que Sumar tendrá que afrontar inminentes citas electorales -País Vasco, Cataluña y elecciones europeas- con el recuerdo cercano del fracaso de la formación en las pasadas elecciones gallegas. Que la organización surgida del cónclave de este fin de semana sea capaz de revertir esta tendencia debe ser el principal reto de Yolanda Díaz si quiere mantener la cuota de poder que heredó de Pablo Iglesias y que permite seguir adelante al gobierno de coalición.