¿Cómo empezó Pakita Ruiz en el motociclismo?
Pues todo empezó a los tres años, cuando los Reyes Magos me trajeron una moto pequeña con gasolina (risas) de parte de mi tío. Él, que había competido, ha sido el culpable de todo (risas). Por entonces, nosotros vivíamos por Pere Garau. Recuerdo que iba a la plaza subida a la moto junto a mi abuelo, mientras el resto llevaba bicicletas.
Un día tuve un susto, así que, mi madre, me escondió la moto... aunque en un principio me dijo que nos la habían robado. Pasaron los años y llegó un momento que tuvimos que mudarnos. Entonces, al vaciar toda la casa, apareció...
Menuda historia para empezar...
Pues sí (risas). Yo ya tenía siete años cuando pasó todo eso. En la nueva casa, que es la actual, pude empezar a pilotar, ya que hay un poco de campo y un camino privado para poder practicar.
Al poco tiempo, me llevaron a ver la carrera "Porreres sense barreres". En ese momento, me acuerdo de que les dije a mis padres que quería competir. Así que hicieron el esfuerzo de comprarme una moto, de las que se hacían antes, para velocidad y asfalto.
Entonces llegaron las competiciones... siempre contra chicos...
No ha sido un camino fácil, pero bueno, si ahora tengo este nivel es porque he competido siempre contra chicos. Cuando era niña, eran un poco "cabrones" (risas) pero luego la relación ha sido muy buena.
Me he pasado la vida escuchando que "no podría llegar a ser profesional" y cosas por el estilo. Por suerte, muchos de ellos han cambiado de parecer y, a base de trabajo, esfuerzo y victorias, ahora me apoyan y me animan. Eso, la verdad, es que me llena y me motiva mucho.
¿Siempre ha tenido tan claro que quería ser piloto?
Ha habido momentos muy difíciles. Hasta los 13 años, mis padres pudieron costear los gastos, pero luego, su empresa tuvo que cerrar y la cosa se complicó. Yo ya era campeona de Baleares, así que me preparé una especie de dosier para ir de empresa en empresa en busca de financiación para poder seguir compitiendo. Al final, gracias al apoyo de Reciclajes Pérez, pude acabar la temporada y gané otra vez el título.
Años más tarde, en 2014, estuve a punto de dejarlo. Mi presupuesto no me permitía competir en la península, así que me limitaba a hacerlo solo en la isla, bajando además de categoría. Las marcas y empresas, a pesar de ser campeona de Baleares ganando a los chicos, no me apoyaban y eso me frustraba. Incluso le comenté a mi madre que acababa la temporada y punto.
Poco después, anunciaron el primer Campeonato de España femenino. El problema es que la cilindrada era de 600 o 1000 cc, cuando yo solo había pasado de 125 cc. A pesar de todo, me apunté. Fueron meses de mucha lucha hasta que llegó la competición, que fue un fin de semana de octubre en el circuito de Navarra. Tuve que conseguir la financiación y la moto, así que me tocó ir de taller en taller. Pero lo logré.
Después de ganar otra vez el Campeonato de Baleares, mi madre mi acompañó hasta Navarra, donde conseguí mi primer Campeonato de España. Sin duda, y por las circunstancias que lo rodearon, ese el título más especial de todos los que he conseguido. Fue todo un logro, ya que era impensable.
Otro hándicap, además de la falta de patrocinadores, es la ausencia de instalaciones para poder entrenar en la isla...
Sin duda lo es, pero creo que nos hace más fuertes a la hora de competir. Lo que quiero decir es que disponer de medios tampoco garantiza que salgan más campeones. En mi caso, cuando voy a la península llegó sin entrenar. De hecho, cuando empieza el Campeonato, yo puedo llevar cinco meses sin tocar moto. Así que no me queda otra que aprovechar los entrenamientos libres para sacar mi mejor versión en la carrera.
La verdad es que la gente de la península alucina cuando sabe que no tenemos un circuito en la isla, que no sea privado, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de buenos pilotos que han salido de aquí.
¿Cuáles han sido sus referencias?
Yo desde pequeña he seguido la MotoGP por televisión. Me llamaba mucho la atención Valentino Rossi, supongo que por sus originales celebraciones. Luego, cuando creí, ya me fijaba más en su forma de pilotar. La verdad es que me encantaba... hasta que llegó la patada a Márquez (risas). De más mayor, he seguido mucho a Laia Sanz, que para nosotras es toda una referencia, al igual que Elena Rosell. Ellas lo debieron pasar incluso peor que las de mi generación. Ambas son un ejemplo.
Hablando del presente... ¿Cuándo se enteró de que el Campeonato Mundial de motociclismo femenino era una realidad?
Había muchos rumores hasta que lo confirmaron por DAZN. Recuerdo que ese día, andábamos un poco despistados en casa hasta que empezaron a llegarnos Wasaps. Evidentemente, me puse muy contenta. Creo que será una gran oportunidad para que las generaciones futuras puedan verse reflejadas en nosotras.
En su presentación, aseguró sin tapujos que va a por el título...
Quiero ser la primera campeona del mundo de motociclismo. Ese es mi objetivo. Además, el competir todas con la misma moto hará que estemos en las mismas condiciones, ya que siempre he pilotado una máquina inferior a las suyas.
Aunque mis rivales entrenen cada día, me siento capacitada para poder ganarles, aunque soy consciente de que será muy difícil.
También comentó que tendría que tirar de videojuegos para conocer los trazados...
A mí de pequeña me gustaba mucho jugar a videojuegos y picarme con mi hermano pequeño, que también es mi mecánico. Ahora me ayudan para conocer los trazados, ya que aparecen perfectamente detallados en los juegos de motos.
Supongo que será cuestión de tiempo ver a Pakita Ruiz en un videojuego...
Espero estar ya en el próximo (risas). Cada año sale uno nuevo y podría ser que en el siguiente cuenten con nosotras. Sería una pasada, después de haber jugado a tantos videojuegos, salir en uno de ellos y poder elegirme a mí misma.
Imagino que sus padres y su hermano serán sus principales fans...
También está mi abuela, que siempre lo ha dado todo por mí. En la parte de arriba de Jerez, hay una parte en la que se puede ver todo el circuito. Según me contaron, ella iba de lado a lado siguiendo la carrera. Ni te imaginas la energía que tiene a sus 75 años.
Por cierto, ¿Es Pakita Ruiz supersticiosa?
Sí, mucho (risas). Siempre empiezo a vestirme por el lado izquierdo. Lo último son, por este orden, el casco y los guantes, siempre empezando por la izquierda. Además, siempre me subo a la moto por el mismo lado y de la misma forma.
También apuro al máximo la llegada al Box, ya que cuesta mucho pasar tiempo allí. Por eso, procuro vestirme con el tiempo justo para subirme la moto.
Por último, ¿Qué consejo le daría a una niña que sueña en ser piloto?
A las que vienen a la Federación Balear, donde soy monitora, les digo siempre que disfruten. Más allá del deporte que elijan practicar, creo que es muy importante que se sientan a gusto. En mi caso, he disfrutado del camino, sobre todo porque lo he hecho junto a mi familia, que siempre me acompaña a todas las competiciones.