El abogado del anciano, el letrado Jaime Campaner, ha presentado un escrito de alegaciones en el que rechaza los argumentos esgrimidos por el fiscal en su petición de que se repita el juicio, que concluyó el pasado 1 de diciembre con la absolución de Pau Rigo.
Así, Campaner considera que ahora no es momento de recurrir la decisión del Jurado, que considera "tan contundente como cristalina", y que si encontraba algún defecto formal en la misma, debió hacerlo "en su debido momento".
A su juicio, la acusación no acredita una indefensión material suficiente, porque el fiscal "no identificó infracción normativa alguna" en la elaboración del veredicto. Más allá de opinar que los párrafos podían ser "excesivamente largos", Campaner recuerda que no formuló protesta ni propuesta de modificación después de que se leyera públicamente el veredicto, por lo que ahora ya "perdió su oportunidad".
El letrado pide además que el tribunal no admita el recurso de la Fiscalía, pero que si finalmente decide hacerlo, que desestime la posibilidad de repetir el proceso. Para Campaner, "la decisión del jurado es tan contundente como cristalina". En ese sentido, asegura que se descartó por unanimidad que Rigo actuara con ánimo de causar la muerte del ladrón y que las proposiciones posteriores a aquella pretendían, en todo caso, contemplar circunstancias que le hubieran beneficiado de declararse probado previamente el homicidio.
Por ello, la defensa ha reiterado que esas proposiciones no deberían haberse votado siquiera, y que en cualquier caso no se alcanzó la mayoría necesaria para emitir un veredicto de culpabilidad (fueron cinco votos frente a cuatro), por lo que no hay ningún "limbo" como denuncia el fiscal, "sino que estamos ante una cuestión puramente aritmética".
Finalmente, el abogado pone en duda los argumentos que esgrime el fiscal en su escrito sobre "el verdadero sentir del jurado" y subraya que el proceso penal no busca "sensaciones o voluntades" sino que es un "mero recuento de votos". "Cuestión distinta es que el resultado de la votación no sea del agrado del Ministerio Fiscal", concluye.
ASALTO EN UNA CASA DE CAMPO
Los hechos sobre los que ahora se pide la repetición del juicio se remontan a febrero de 2018 en una finca de Porreres durante la comisión de un robo. El fiscal había solicitado una pena de tres años y nueve meses de prisión al anciano que disparó y mató al ladrón y, para los tres presuntos ladrones.
Durante el juicio, uno de los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación declaró que F. Escobar, hermano del ladrón fallecido en Porreres en 2018, se entregó en la Guardia Civil "desconsolado" y diciendo que sus cómplices, dos vecinos de Campos, les habían "dejado tirados".
Además, explicó que cuando Escobar se entregó, ya habían identificado a su hermano gemelo fallecido. Con todo, los investigadores consideran que su confesión fue útil para esclarecer lo ocurrido, si bien sí aprecian contradicciones en cuanto al destino del dinero, un botín de unos 12.000 euros que nunca se encontró.
Por su lado, el abogado del anciano ha sostenido la tesis de la legítima defensa. "Él temía por su vida", subrayó el letrado ante el Jurado, preguntándose también "cómo puede repeler un señor de 78 años el ataque de dos jóvenes encapuchados con patas de cabra".
En cuanto al disparo que terminó con la vida de uno de los ladrones, en la sesión del juicio del martes pasado, el anciano insistió en que "no quería disparar" pero que los ladrones, lejos de amedrentarse al ver la escopeta, se le echaron encima.
Por otra parte, Escobar negó que él y su hermano se abalanzaran sobre el anciano antes de que éste accionara el gatillo, y que sólo se lanzó y forcejeó con él después.