El honor es mi divisa

"El honor es mi divisa", el lema de la Guardia Civil que pronunció su fundador, el Duque de Ahumada, durante un discurso en 1844. Y este es el valor principal que debe asumir un guardia. El honor es un conjunto de obligaciones que, de no cumplirse, hacen que se pierda. Y quién perdió el honor hace ya tiempo es el Ministro Marlaska, quien ha dilapidado su nombre demasiadas veces con purgas, sometimiento a los funcionarios, el que ha construido una Administración al servicio del Gobierno y quien decidió desmantelar hace dieciséis meses el cuerpo de choque contra el narcotráfico en el Estrecho. ¿No creen que debería dimitir de una ‘puñetera’ vez? Ya no por el honor que ha demostrado no tener, sino por la dignidad y sensatez que un día tuvo cuando era juez.

Y es que el asesinato de dos guardias civiles en Barbate, por el ataque de unos desalmados con su narcolancha de catorce metros y 300 caballos de potencia, nos ha puesto frente al espejo de la realidad. La falta de medios y los recursos precarios de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de nuestras Fuerzas Armadas.

Llevamos demasiados años - en realidad décadas- de abandono, desprotección, indignidad e incluso de criminalización por parte del Gobierno hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

A los obstáculos para la equiparación salarial, les siguió el señalamiento y abandono de las FFCCSE en Cataluña, la falta de medios y de recursos, y el remate final con la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana en la que el Gobierno venía a decir poco menos que la policía actúa de manera arbitraria y sin ofrecer garantías a los ciudadanos. Una Ley en la que nuestros agentes son tratados como el problema para la convivencia y no para la solución. No cabría en la cabeza de ningún demócrata que los que se saltan las leyes tengan más apoyo del Gobierno que quienes las cumplen y velan por su cumplimiento. Pero claro, estábamos ya ante los peajes ideológicos de los socios de Sánchez y sus primeras concesiones a Bildu y ERC a cambio de su voto en los Presupuestos Generales del Estado.

Permítanme que hoy dedique mi columna a manifestar mi apoyo absoluto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que nos protegen, que velan por nuestros derechos y libertades frente a quienes les pisotean y que garantizan la seguridad ciudadana. Y a nuestras Fuerzas Armadas, que garantizan la soberanía e independencia de España, defienden su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. También ninguneadas por un Gobierno que ha decidido no participar en la operación en el Mar Rojo, no vaya a ser que la Vicepresidenta se enfade y no respire.

Un paso más de Sánchez en la laminación y en la desprotección del Estado. Un paso más en el camino equivocado que ha emprendido de la mano de sus socios populistas y separatistas. En definitiva, tanto Sánchez como Marlaska se colocan completamente en las antípodas de los valores del guardia civil y de su lema “el honor es mi divisa”.